Juegos de cálculo a la hora de escribir
Generosa selección para iniciarse en el grupo francés Oulipo, integrado por Calvino, Queneau y Perec.
los papeles elegidos, presenta una cantidad única y hechizada de variantes. ¿Una colección de obituarios que nos llevará por una vía razonable, y mediante una pesquisa, a la solución satisfactoria (método de detección básico), o nos devolverá, perfeccionado por el itinerario, un nuevo enigma aun más elegante y sinuoso (método “literatura es todo lo que se lea como tal”? Art is a joyous thing! solía decir il miglior fabbro.
Aunque comencé a leerlo como atisbo, voy a dar por cierto que se publicó este año y que sigue al alcance de todos, J. Salas Subirat, El traductor del Ulises, de Lucas Petersen, un libro que comenta como ninguno las ventajas y desventajas de la precisión –y hasta de la impuntual puntualidad– con que la reciprocidad del arte establece sus propias reglas. Mi imperdonable pereza de editor, mi confianza en que todos (“dejad que los libros vengan a mí”) llegarán a mis manos, me adaptó mal a los tiempos que corren, de superpuestas urgencias que terminan aboliéndose entre sí, sin cumplimiento.
Me quedé, por lo tanto, sin leer Lustra de Pound, que tradujo Juan Arabia (muy buena iniciativa la de ir publicando los libros primeros de Pound por separado, de segregarlos de esa autobiografía caótica que la historia de la literatura impone como mazacote inexorable, los Cantos o Cantares), y las Once personas, compuesto por poemas de Browning y Tennyson (a los que supo agregarle uno propio Alejandro Crotto).