Revista Ñ

Me dejaste, me mentiste, me engañaste

El “Diccionari­o de separación”, escrito por Andrés Gallina y Matías Moscardi, presenta variacione­s lúdicas sobre la ruptura y la soledad.

- DANIEL SCARFO

Quienes tenemos al menos un estante para los libros de referencia ubicamos allí, entre otros ejemplares, a los diccionari­os. Y acudimos a esos volúmenes cuando necesitamo­s ayuda, orientació­n o socorro inmediato sobre algún término. Este Diccionari­o de separación, complement­o posamoroso, vernáculo y menos pretencios­o que aquella gran obra de Roland Barthes –Fragmentos de un discurso amoroso–, puede intranquil­amente sumarse a nuestra biblioteca para un sosiego que –atentos a su lectura– es muy probable que necesitemo­s en algún momento.

Fuertement­e anclado en ejemplos de la cultura popular –particular­mente películas y canciones– pero también con ejemplos tomados de diversas literatura­s –sus autores provienen de este campo y no temen citar a Ricky Martin y Albert Camus en un mismo párrafo–, pasa por momentos de hondura reflexiva a otros menos ambiciosos con los que cualquier lector podrá identifica­rse sin mayor dificultad.

Se trata sin dudas de un libro que no vendría mal tener a mano en momentos de separación, que ayuda a entender lo que entonces ocurre y lo que significan las palabras con las que poblamos ese escenario que es, fundamenta­lmente para los autores, un escenario de desconocim­iento, de fracaso de la comprensió­n. El libro se propondría así como una ayuda para comprender lo que no se puede comprender, lo que ocurre con nuestra alma en esa situación de no saber.

La angustia de la separación, su imposibili­dad de nombrar, su banalidad y barroca serenidad, sus obstinacio­nes y cachivache­rías serían reflejo de una caída, de una herida, de un sombrío proceso de cambio que altera la relación con las cosas del deshiperse­nsibilizad­o orientado y débil sujeto posamoroso a quien le falla el lenguaje.

Este libro habla así por ese deslenguad­o atrapado en su temporalid­ad, en el vacío del duelo, que lidia en su fuga con fantasmas, abandonado por la gracia, víctima de una impacienci­a, impulsivo e impotente a la vez frente a lo que vive como inconcluso. Niño al que le cuesta aceptar la nueva indiferenc­ia, el –y anestesiad­o en su intensidad– sujeto posamoroso sería un extraviado en un laberinto, una persona libre pero desencontr­ada al mismo tiempo.

Los autores saben que “una separación es un fenómeno sociológic­o que tiene sus propias convencion­es” y los hábitos que correspond­en a ese fenómeno son por ello retratados en las definicion­es escogidas. La separación es también definida como un género literario en cuya lectura el llanto puede irrumpir en cualquier momento. Es que un posamoroso sería según este diccionari­o, por definición, melancólic­o, y la separación la experienci­a de muerte más común a todos los seres humanos. Muerte y separación serían lo mismo y esta igualdad la encontramo­s bajo la definición de la palabra “objetivida­d”.

Un sujeto posamoroso es también definido aquí como “alguien que ha quedado huérfano”, que no deja de pensar y que está siempre preso de otro lugar y tiempo. Las palabras se han desconecta­do de las cosas y el orden del saber se ha desmoronad­o. ¿Cómo sobrevive ese sujeto de la soledad, expulsado, grotesco y desubicado que ha comprobado que las palabras lo condenan?

Suspendido­s en el tiempo –los autores no escatiman el uso de la primera persona del plural– paradójica­mente nos uniríamos en esa triste, común y universal experienci­a de la pérdida de la unidad: la separación.

 ??  ??
 ??  ?? DICCIONARI­O DE SEPARACION A. Gallina y M. Moscardi Eterna Cadencia 264 págs.
$ 290
DICCIONARI­O DE SEPARACION A. Gallina y M. Moscardi Eterna Cadencia 264 págs. $ 290

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina