Poemas para pasar el otoño
La sala Federal en el CCK no podría ser más perfecta para el cierre del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires: en su edición nº 12, la unión de poetas y performers de todo el mundo sigue sumando densidad de voces y espacios. Federal porque sus leyes y su centralidad no son las del reinado del orden gramatical, sino las de un imperio (gigantesco, diverso, indomable) donde la palabra, anárquica, fluye “desde las tablillas de arcilla hasta los versos recién escritos en un teléfono celular”, como dice el programa. La irradiación de la voz está en las poesías del brasileño Aleilton Fonseca o la finesa Helena Sinervo. De ella lee la traductora: “¿Es eso lo que querían esquivar, la nieve cuando cae del alero, mientras juntos giramos alrededor del sol? A esos instantes, tú los llamas eternos, yo amor, él soledad. Alguien sugiere ‘belleza’. Pero lamenta no haberla visto.” Y sin embargo el significado vibraría incompleto si no hubiéramos escuchado antes el original en boca de la autora, con sus acentos casi táctiles y sensuales, distintivos de las primeras sílabas en las lenguas urálicas. Dani Umpi, sentado atrás, visible desde todos los ángulos gracias a su contagiosa sonrisa medialuna (y su pulóver multicolor) atrae como Hamelin. De pronto una nena de unos nueve años se le acerca para confesarle su fanatismo por su libro El vestido de mamá, una pequeña gema ¿para niños? sobre diversidad, cuya adaptación teatral acaba de estrenarse en el Teatro 25 de Mayo. “Que Argentina se siga escribiendo entre todas las letras”, clama hacia el final Graciela Aráoz, directora y verdadera tractorista de un festival hecho a puras branquias y esfuerzo. Y vale. Porque al regresar a la arquitectura glacial del microcentro, al mutismo nocturno del deshabitado domingo, toda esa poesía tintinea aún más verdadera. Cuando recordamos las palabras recitadas hace minutos por Mariano R. Andrade sobre taxis en cámara lenta, ventanas indiferentes y calles en coma. Quizá la poesía sea el verdadero esperanto de la sonata otoñal porteña.