Flora y fauna
Luego de un allegro agitato por las corridas del día del padre, el ritmo del domingo va dando paso a su andante, a una cadencia más lenta y acorde al frío de la ciudad. En Buenos Aires suena un viento desafiante que comienza a quitarle los últimos revoques a toda esa vestimenta de media estación. Aturdidos, combatimos el clima como sea y no es mala idea protegerse al calor de la música clásica y con un espectáculo como Beethoven online. Con dirección de Héctor Presa y una orquesta de 16 músicos, la puesta propone todos los domingos en el Konex (y este domingo 25 será el último) un recorrido dirigido didácticamente a chicos, a través de las grandes composiciones del compositor alemán. En el vívido metal naranja de las escaleras del Konex pueden oírse los interesantes equívocos de los chicos: “¿Reggaeton online?”, pregunta uno. Excelente duda porque lo que motoriza la obra es la apasionada tarea de investigación que la protagonista debe hacer sobre el autor de la famosa 9na sinfonía, desconociéndolo todo sobre él. La audiencia joven no emite un sonido, acaso interpelada por la titánica tarea de la actriz que debe estudiar a contrarreloj o porque las referencias están al alcance del oído (y la vista, gracias a las proyecciones) para chicos y grandes: aprendemos que la consabida música de El Chavo del 8 no es otra que el Opus 113, nº 4 o que la Sinfonía “Heroica”, dedicada a Napoleón, fue uno de la primeros prototipos del fino y grueso arte de unir música y política. Eso sí: los adultos agradecidos de que, dada la inocencia del público, no haya referencias –aún al menos– al Alex fanatizado por Ludwig Van de La naranja mecánica. Y al final, cuando los intérpretes firman autógrafos, lo inesperado: no habrá chico que no haga fila para que Sebastián Holz, Beethoven en la obra, les autografíe el programa con un raso, juguetón –e inmortal– “Ludwig”.