Bajo la protección del diálogo solidario
La vida de refugiados y desplazados en sus nuevas tierras se analizó en una cita internacional realizada en Buenos Aires. Creer en el futuro fue el eje de la reunión.
Los datos duros son sobrecogedores. Hay más de 65 millones de desplazados a la fuerza en Occidente. Es la mayor cifra que el mundo haya conocido jamás, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. En 2016, hubo un promedio de 24 seres humanos desplazados por minuto. A razón de 34.000 personas por día dejaron atrás sus casas, sus pertenencias, su cotidianeidad, sus sueños, para vivir en condiciones infrahumanas, buscando alcanzar paz y pan para sus familias. Si aún hiciera falta asestar otro golpe a la conciencia: se estima en más de 100 millones los migrantes en todo el mundo.
Los números rotundos fueron brindados durante la apertura de “Diálogos Globales: migrantes y refugiados”, que tuvo lugar en el Museo de la Casa Rosada. Al presentar a los invitados de este año –13 expertos, titulares de ONGs y funcionarios internacionales, así como refugiados–, el secretario de Acción Federal y Cooperación Internacional, Iván Petrella, área dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, expresó que “de los 65 millones de desplazados, 21,3 millones son refugiados y más de la mitad tiene menos de 18 años”.
Del encuentro participaron el alcalde italiano Domenico Lucano, de Riace, ciudad que se convirtió en un modelo de integración; Marte Roel y Daniel González Franco, de BeAnotherLab, un colectivo internacional artístico que reproduce experiencias subjetivas de refugiados; la best-seller alemana Hatice Akyuen, periodista de referencia en el debate de la integración en su país; Mohammad Al-Khafaji, CEO de Welcome to Australia, una ONG abocada a la integración de los migrantes; Dismas Nkunda, fundador de Atrocities Watch Africa, una ONG centrada en la difusión y prevención de las atrocidades en Africa, y Marco Romero, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) en Colombia.
Como señaló Petrella, “nuestra historia nos obligó a que la cultura argentina sea, fundamentalmente, una apertura a lo nuevo. Por eso Borges escribió que ser argentino no es abrazarse a lo supuestamente propio, sino abrazar como propio todo lo que el mundo tiene para dar”.
El funcionario propuso que los argentinos aprendamos a definirnos por los valores que compartimos: la democracia, los derechos humanos y el aprendizaje en diferencia; la interculturalidad que vive y crece en nuestro país, y el rol de la cultura en la visibilización de la problemática de
migrantes y refugiados.
Las conclusiones a las que se arribaron en los diálogos del año pasado se compartieron en foros internacionales donde participa Argentina y en los que se trabaja la convivencia, como, por ejemplo, el Mercosur. “En la Organización de Estados Americanos, por ejemplo, las conclusiones constituyen uno de los elementos de base para la próxima reunión de 2018 en Barbados y el informe se encuentra publicado en el sitio Web de la Secretaría de la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas. Reforzar procesos de diálogo y convivencia democrática es una de las agendas que Argentina lleva a foros internacionales”, subrayó Petrella.
La cultura, según lo que se ha planteado en este encuentro este año, es la herramienta que posibilita poner en claro un drama, el de los desplazados, para que puedan expresarse de manera más potente. Pero la intención es ofrecer, además, espacios de reflexión y diálogo sobre la clase de democracia a la cual todos aspiramos: abierta, vibrante y plural.
Para Petrella, la Argentina se sitúa en una posición inmejorable: nos formamos con corrientes migratorias, pero además carecemos de conflictos étnicos y religiosos. Somos el país con mayor número de judíos y de musulmanes de América Latina. Y, como integrantes del G20, según la ONU somos un país con “desarrollo humano muy alto”. El Ministerio de Cultura de la Nación es parte del Programa Siria, una iniciativa especial de visado humanitario para extranjeros afectados por el conflicto del país árabe.