Josefina Ludmer
Ensayista, escritora y crítica literaria argentina (1939 - 2016)
Hay una sola literatura, de mujeres y hombres, pero la sociedad coloca la escritura femenina en un segundo plano, en el mismo lugar que se les da a los jóvenes, el de promesas: quedan ahí, en una especie de espera. Y no hablo de guerra de género, sino de inclusión en el centro. No es así en la poesía y tal vez ni siquiera en el cuento; pero la novela queda como un coto masculino.
La literatura puede ser usada como lente, máquina, pantalla, mazo de tarot, vehículo y estaciones para poder ver algo de la fábrica de realidad.
Uno puede entrar a la realidad, o a la construcción de realidad, a través de cualquier cosa que uno sepa leer. Yo aprendí a leer literatura, no sé leer la sociedad o la historia en sí misma. Uno puede leer lo que quiera en la literatura. A mí la crítica pura, sobre un texto o un autor, me aburre. Entonces, ¿por qué concentrarse en un texto o un autor? Mejor mirar el mundo; pero hay que tener una pantalla, un tarot: el mío es la literatura.
Considero que la crítica es literatura. Es un género literario. Es lo mismo que sucede con la literatura: hay un borramiento de fronteras. Y no sólo se borran las fronteras literarias, sino que todas las fronteras se empiezan a borrar y penetrar: hablo de lo económico, lo político, lo cultural.
La literatura es palabra sin imagen (...) te da un saber o una información muy específica: de qué se habla, cuáles son las tensiones, cuáles son los debates.