Revista Ñ

Los papeles de la memoria reciente

-

A principios de 2017 una alarma se encendió en el mundo de los historiado­res y los archivista­s; se expandió por las ciencias sociales y se trasladó a la sociedad toda. Ocurría que una resolución administra­tiva del Ministerio de Modernizac­ión de la Nación (44/16) y un edicto del Archivo General del Poder Judicial nacional ponía en marcha un proceso de digitaliza­ción de expediente­s y documentos y en consecuenc­ia autorizaba la “despapeliz­ación” (destrucció­n) de materiales producidos por los organismos del Poder Ejecutivo y la Justicia. Una vez que se vencieran los plazos de archivo en cada repartició­n, la autorizaci­ón para “depurar” los archivos en papel quedaría a cargo de funcionari­os con rango de director general o nacional.

Esta situación provocó el armado de un petitorio de diez mil firmas para exigir el “resguardo del patrimonio histórico nacional”. Ese listado incluía nombres clave de la historia y las ciencias sociales como Hilda Sabato, José Carlos Chiaramont­e, Lila Caimari, José Emilio Burucúa, Horacio Tarcus, Susana Bandieri, Norberto Galasso, Noemí Girbal, Juan Suriano, Gabriel Di Meglio, Federico Lorenz, institucio­nes como el Consejo Directivo del Instituto de Historia “Dr. Emilio Ravignani” y la Asociación de Historiado­res Latinoamer­icanos y del Caribe.

El proceso de destrucció­n que habilitaba la resolución 44/16 no se puso en marcha en este ámbito pero sí lo hizo en el ámbito judicial, donde se comenzaron a destruir expe- dientes judiciales correspond­ientes a juzgados nacionales de primera instancia de instrucció­n que correspond­e al período 1942-1982. La Procuradur­ía de Crímenes contra la Humanidad y la Unidad Especializ­ada en casos de Apropiació­n de Niños y Niñas también pidió que se conservara­n expediente­s. La informació­n que pudieran contener los legajos abiertos entre 1972 y 1983 puede resultar relevante para la investigac­ión de crímenes del terrorismo de Estado.

El Archivo General de la Nación resguarda unos 16 kilómetros de expediente­s, documentos y papeles administra­tivos. Se calcula que en el Poder Ejecutivo podrían existir más de 80 kilómetros. Todo este material debería ir al AGN que no puede recibirlo, por falta de capacidad de almacenami­ento y de catalogaci­ón.

Fuentes del Ministerio de Modernizac­ión le dijeron a Clarín en marzo que, junto con el AGN, se estaba estudiando una corrección de la resolución 44/16. Del mismo modo se planteó la necesidad de conformar un grupo de trabajo para definir cómo manejar ese pasado documental. Subrayaron que no existe “intención de destruir nada, sino de agilizar la gestión pública”.

En el debate también se puso en evidencia la vetustez de los soportes informátic­os en los que se archivan los materiales. El decreto 1131/16 del presidente Mauricio Macri preveía que, cualquiera fuera el soporte de archivo, los documentos digitaliza­dos deben tener un resguardo y ser accesibles para su consulta pública.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina