El Filbita aterriza en Gral. Villegas y alrededores. Entrevista con María Luján Picabea
En la edicion de este año el festival nacional se hara del 3 al 5 de agosto
Apenas unos días después de que termine la Feria del Libro Infantil, habrá una nueva edición del Filbita, el ala infantil del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires. María Luján Picabea, autora de Todo lo que necesitás saber sobre literatura para la infancia y parte de la organización del Filbita, anticipa el evento y habla de la actualidad del género.
–¿Qué se está preparando para el Filbita de este año?
–Además de su ya clásico Festival Internacional, tendrá por primera vez un festival fuera de la Ciudad de Buenos Aires: el Filbita Villegas. Será en las localidades de General Villegas, Emilio Bunge y Banderaló entre el 3 y el 5 de agosto. Es una movida que se armó junto a la Dirección de Bibliotecas de la Municipalidad de Villegas y estamos muy entusiasmados con esto de salir a la ruta y hacer circular la literatura, porque esa es la apuesta de la Fundación. También estamos preparando el Filbita Internacional. En noviembre llegarán algunos de los autores e ilustradores más destacados en el campo de la Literatura Infantil y Juvenil.
–¿Cuáles son los grandes desafíos de hacer algo como el Filbita?
–Aportar un contenido de calidad, valioso y respetuoso con los distintos imaginarios de infancia, que acerque lo mejor y que en ningún caso subestime a los niños y las niñas. Y además generar un programa que, en formato de festival, por fuera de lo estrictamente académico, convoque tanto a profesionales, autores y mediadores como a los chicos y sus familias. Para ello trabajamos con un consejo asesor que este año integran Inés Garland, Roberto Sotelo y Daniel Roldán.
–Da la impresión de que el libro álbum es el objeto de deseo de la literatura infantil de los últimos años y entonces cualquier texto ilustrado a veces se “vende” como libro álbum. ¿Qué define al libro-álbum?
–Lo que lo define es que el sentido se completa en la tensión entre dos lenguajes, dos narrativas. De allí que en todo libroálbum la autoría sea compartida entre escritor e ilustrador. Son libros con for- matos atractivos, bellas ediciones y eso los convierte en objetos de deseo, pero no todos los libros con ilustraciones son libros-álbum.
–¿Cuáles son los cambios que ha incorporado la literatura infantil en los últimos años?
–Creo que uno de los cambios fundamentales fue meterse con temas que suelen considerarse como tabús, acercando a los lectores historias con carne, con hueso, con verdad, sin eufemismos. Esto me parece importante porque aun cuando los chicos son ametrallados a diario con nociones e imágenes de muerte, de violencia, de sexualidad, a menudo no se perdona a la literatura que se meta con ellos. Y este es un error profundo porque, a diferencia de otros medios, la literatura las acoge en un relato ordenado y reflexivo.
–¿Qué libro salvarías de un incendio, para decirlo con énfasis?
–Hoy salvaría Cuentos por teléfono, de Gianni Rodari, porque es el preferido de mi hija. Y, si me quedara lugar, El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch y El mar y la serpiente, de Paula Bombara.