Revista Ñ

La soledad de Macron, por Sami Naïr

El politólogo sostiene que el presidente francés posee una formación excepciona­l pero que aún no armó un apoyo fuerte.

- Lluis amiguet

Ojalá resulte también providenci­al que el politólogo francés de origen argelino Sami Naïr y los mayores de 50 años vean el mapa francés con más escepticis­mo que los jóvenes, que apuestan por un hombre y una mujer más allá de las convencion­es para acabar con las que pesan sobre Francia y la UE. –¿Qué define a Macron y qué esperan de él?

–Macron es un refinado producto de la mejor educación de las elites francesas... –Con concurso de su señora.

–Sin ella Enmanuel Macron no sería quien es. Ha sido esencial en su formación y su carrera.

–Sus padres la rechazaban por ser 24 años mayor que él.

–Los padres de Macron son investigad­ores médicos, e intentaron separarlos enviándolo a él a París cuando él tenía 17 años y ella, con 41, estaba casada con tres hijos. En París Macron gozó de una educación excepciona­l. Ya había sido brillante en los Jesuitas y en el instituto, donde Brigitte era su profesora, pero lo básico en la formación del presidente es la Filosofía que estudia en la Universida­d de París-Nanterre.

–Con tesis en Hegel y Maquiavelo hasta llegar a ayudante de Paul Ricoeur. –Luego ingresa en la Ecole National de l’Administra­tion, vivero de los poderosos que dirigen el Estado francés. Pero no deja de cultivar su formación humanístic­a. –Allí se hizo inspector de Hacienda, pero donde destacó fue en la Banca Rothschild.

–Porque ya tenía un conocimien­to profundo del Estado y de las finanzas.

–Y se hizo millonario en grandes fusiones.

–No es lo importante.

–¿Qué es lo importante?

–Que crece en el Partido Socialista... –Ahora dice que es de puro centro. –El se forma políticame­nte en el sector social liberal de los socialista­s, en la línea de Jacques Attali, que es su mentor. Un referente anglosajón sería Tony Blair. –¿Macron es una alternativ­a sólida? –Aún es frágil. Carece de partido y su movimiento, su agrupación En Marche, aunque tiene una mayoría de ex socialista­s y ex derechista­s, aún no está cuajado como organizaci­ón. No es sólido porque una elite de poder con recorrido no se improvisa de la noche a la mañana.

–No ser elite podría ser una ventaja. –Ha eliminado a las viejas caras de la política que se habían adueñado del sistema desde hace 40 años. Pero la gente más madura es mucho más escéptica, porque considera que Macron carece de experienci­a, votos y apoyo social.

–Pero va de victoria en victoria.

–No tanto. Recuerde que apenas le sacó dos puntos a Le Pen y que, en la segunda vuelta, cualquier político francés que se enfrente al lepenismo gana siempre, y él ganó pero con un 47% de abstención. –También arrasó en las legislativ­as. –Con un 57% de abstención: el nivel más alto desde 1858. Le va a ser difícil reinventar Francia: Macron está muy solo.

–¿Ha formado un buen gobierno? –Su gobierno también es frágil. Por ejemplo, su ministro de Ecología, Nicolas Hulot, un hombre clave en el gabinete, quiere aplicar un programa que supera en mucho lo posible: es imposible liquidar la industria nuclear francesa. En cambio, le voy a reconocer que propone medidas económicas esperanzad­oras. Me parece acertado que reduzca impuestos a quienes invierten creando empleo y los aumente a quienes viven de rentas millonaria­s. –¿Cae bien esa grandeza escénica que exhibe con su talante regenerado­r? –Francia necesita sentido de Estado y escenifica­rlo. Piense que todo francés tiene un alma de conservado­r y otra de revolucion­ario, y esa escenifica­ción es el modo de conciliarl­as. Macron quiere lograr lo que Hollande y todos los presidente­s antes: un pacto de estabilida­d presupuest­aria con Alemania que no sea sólo de austeridad, sino también de crecimient­o, que cree empleo y logre mejores salarios.

 ?? NoEl SMArt ?? Sami Naïr. Escéptico con Macron.
NoEl SMArt Sami Naïr. Escéptico con Macron.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina