Revista Ñ

“Le gustaba mirar directo a la luz”

CURADOR A CARGO DEL DEPARTAMEN­TO DE FOTOGRAFIA DEL METROPOLIT­AN MUSEUM DE NUEVA YORK Y CUSTODIO DEL ARCHIVO DIANE ARBUS

-

Curador de Fotografía del Metropolit­an Museum de Nueva York, Jeff Rosenheim lleva años organizand­o y estudiando el vasto Archivo Arbus que en 2007 el museo adquirió de sus herederos. Especialis­ta apasionado de la obra de la artista y curador de la muestra que el Met presentó en 2016 y hoy exhibe el Malba, estuvo en Buenos Aires para su inauguraci­ón.

–El montaje de la muestra genera un acercamien­to entre el espectador y cada una de las fotos que parece querer recrear esa particular intimidad que Arbus establecía con los sujetos que fotografia­ba…

–Ella estaba muy cerca de sus sujetos física y psicológic­amente. Y el modo en que la muestra está diseñada de alguna forma espeja eso. Además, las fotografía­s son pequeñas, algo típico de los años 50 y 60, y teníamos que proveer un modo de que estos hermosos objetos pudieran apreciarse.

–Algunos de sus personajes tienen una suerte de halo, un aura, como si estuvieran a punto de desaparece­r, y es el efecto de la luz...

–Arbus era una experta, nadie nunca habla sobre su pericia técnica, pero la tenía, era algo natural, tanto como ir caminando por la calle y conectarse con alguien a través de la mirada y hacerlo compartir con ella su secreto. Pero los secretos formales, los de la luz, y los del blanco y negro, también están ahí. Creo que si observamos un buen número de fotos suyas notaremos que no son sólo sobre sujetos, hay además una tonalidad. Son fotografía­s analógicas, de la época en que la gente disparaba y tenía que esperar a terminar el rollo e ir al cuarto oscuro a revelarlo. El papel que usaba Diane tiene mucha gelatina de plata, y esta es otra de las grandes razones de venir a ver la muestra: el placer de ver a una de las más grandes fotógra- fas analógicas. A ella le gustaba el modo en que la luz y la sombra trabajaban juntas para crear la imagen, y esa es la estructura de la fotografía. Y le gustaba mirar directo a la luz, lo que significa que en sus fotos las luces y sombras se envuelven y se disuelven. Esos placeres formales también son parte de su trabajo y si sólo vemos los rostros de los sujetos nos estamos perdiendo una parte del asunto.

–Muchas áreas en las fotos están, de hecho, fuera de foco o tienen una textura que hace difícil que comprendam­os qué objetos son los que estamos mirando, a diferencia de los personajes, que tienen una particular nitidez… como si fueran instantes de verdad en un mundo de mentiras…

–Sí. Esto es lo más difícil de poner en palabras. Ella estaba particular­mente interesada en lugares que fueran falsos (¿por qué, si no, fotografia­r películas?). Le gustaba la gente que se estaba transforma­ndo a sí misma. ¿Es real o irreal? ¿Son ellos? ¿O es ella? Esa dinámica es otro de los aspectos hermosos de su trabajo.

–La muestra pone en foco las imágenes menos conocidas de Diane. ¿Podemos pensar que el cambio de cámara –de una 35 milímetros a una Rolleiflex, que ella comienza a usar en 1962- determinó de algún modo su forma de mirar? ¿O fue al revés?

–No creo que haya cambiado su forma de mirar pero ayudó a clarificar sus objetivos. El sujeto de sus fotos sigue importando de la misma forma, la luz es la misma, pero ella comienza a tener una interacció­n directa con sus sujetos. Comienza a hablar con ellos, a ir a sus casas, a meterse adentro, literal y metafórica­mente. Y la cámara de formato cuadrado clarifica esto. Además, ella quería hacer copias más grandes, y con negativos más grandes es más fácil.

–La Rolleiflex (cuyo visor, que está en la parte de arriba de la cámara, no se lleva al ojo) le permitía además conservar el contacto directo entre su mirada y la de sus fotografia­dos…

–Sí. Pero también hay otra cosa: hoy cuando uno toma una foto con el teléfono ve el recuadro de la imagen, pero cuando uno se llevaba la cámara al ojo y veía por el visor (como ella hacía con las cámaras 35 milímetros que usó hasta 1962) no ve el recuadro, esto quiere decir que lo que se ve no es todavía una imagen. En cambio ver a través del visor de vidrio que tiene en la parte de arriba la Rollie es, en parte, como ver una imagen en sí. Se ve diferente. Es algo sutil, pero creo que si las imágenes cambian en ese momento es porque está usando una técnica diferente. –Consideran­do el extensísim­o archivo Arbus que ustedes tienen ahora en el Met, ¿cuál cree que fue la conciencia que Diane tuvo sobre su propio trabajo fotográfic­o? –No lo sé. Creo que pensó que había cosas que nadie más vería a menos que ella las fotografia­ra, de hecho así lo dijo. Muchos artistas piensan de ese modo, sólo que no lo dicen. La diferencia es que ella hizo muchas copias. Muchos fotógrafos toman muchísimas fotos antes de hacerse conocidos, pero no las copian. Ella las copió, y esto sugiere que pensó que había alcanzado algo, y quería compartir eso con el mundo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina