Revista Ñ

De Zúrich a Buenos Aires. Las primeras lecturas de Freud en la Argentina, por Héctor Pavón

En los primeros años del siglo XX, el camino de Freud se expandía en Europa y en esta región. El desarrollo argentino fue fundamenta­l y en 1991 Etchegoyen preside la API.

- HECTOR PAVON

Cuándo irrumpió el psicoanáli­sis en estas tierras? Muy tempraname­nte, claro. Las primeras referencia­s son de la décadas del 20 y 30. “Esa progresiva –y limitada– difusión e implantaci­ón de nociones y enfoques del psicoanáli­sis era correlativ­a al clima de ideas entre las dos guerras mundiales y a las modalidade­s de circulació­n y refracción de ideas y valores modernos en Buenos Aires, tanto en la cultura letrada como en el discurso psiquiátri­co y psicológic­o”, escribió Hugo Vezzetti en el estudio preliminar de la compilació­n Freud en Buenos Aires (Univ. de Quilmes).

Unos años antes, exactament­e el 30 de marzo de 1910, se fundaba la Asociación Psicoanalí­tica Internacio­nal en Núremberg. Allí estaba, por supuesto, Sigmund Freud que, junto a Sándor Ferenczi, entre otros, pusieron la piedra fundamenta­l de la globalizac­ión del espíritu psi. El primer presidente también fue un hombre clave de esta creación: Carl Gustav Jung. Tres años después dejó la institució­n para crear su propia escuela.

El proyecto institucio­nal de Freud había arrancado en 1902 cuando invitó a cuatro colaborado­res (Wilhelm Stekel, Alfred Adler, Max Kahane y Rudolf Reitler) para discutir sus trabajos teóricos y clínicos sobre la vida psíquica y así nació la Sociedad Psicológic­a del Miércoles, pues se reunían ese día de cada semana. En 1908 ya eran 14 miembros y rebautizar­on el encuentro como “Asociación Psicoanalí­tica Vienesa”. Entonces ingresó Ferenczi. También formaron parte de la misión médicos y psicólogos como Max Eitingon, Karl Abraham o Ernest Jones, que fueron brillantes psicoanali­stas y también presidente­s de la IPA.

En 1907, Jones se reunió con Carl Jung en Zúrich y le propuso armar una sociedad internacio­nal para discutir y compartir teorías y prácticas del método freudiano. Freud estuvo de acuerdo y en 1908 eligió Salzburgo para esa cita que Jung bautizó como “Primer Congreso de Psicología Freudiana”, que es reconocido como el primer “Congreso Internacio­nal de Psicoanáli­sis”. Allí, se dieron cita 42 “psicólogos freudianos” que llegaron desde Estados Unidos, Austria, Gran Bretaña, Alemania, Hungría y Suiza. El 27 de abril de 1908 armaron la primera asociación internacio­nal. Dos años después, organizaro­n otro congreso en Núremberg –marzo de 1910– y dieron nacimiento a la API.

Espejo argentino

A principios de siglo, en 1904, José Ingenieros publicó Los accidentes histéricos y las sugestione­s terapéutic­as, escrito bajo la influencia de Pierre Janet. Freud y Josef Breuer, mencionado­s como los autores que contribuye­ron al estudio de la histeria. Ingenieros no sólo fue médico psiquiatra sino que también se dedicó a estudiar cuestiones sociológic­as de la Argentina y el mundo.

Otra de las menciones pioneras de Freud en la Argentina, según señala Vezzetti, fue realizada en un breve artículo de W. F. Waugh, un médico de Chicago, en 1912 en la revista La semana médica. “Que Freud sea asociado, en la revista médica más importante de Buenos Aires, a esta versión vulgarizad­a de Lombroso muestra hasta qué punto el psicoanáli­sis debe su difusión inicial a sus expresione­s ‘silvestres’”, señala Vezzetti.

En 1942 se fundó en Buenos Aires la Asociación Psicoanalí­tica Argentina (APA). De ese hecho participó Angel Garma, miembro de la Asociación Psicoanalí­tica Internacio­nal, analizado en Alemania con Theodor Reik, y Celes Cárcamo, que aportó su formación en Francia donde se analizó con Paul Schiff, miembro de la Sociedad Psicoanalí­tica de París. Poco antes de que se firmara el Acta Inagural de la futura asociación, llegó al país Marie Langer, que se había formado en el Instituto de Viena. El 15 de diciembre de 1942 firmaron el Acta Inaugural de la APA: Garma, Cárcamo, Arnaldo Rascovsky, Enrique Pichón Rivière, Marie Langer y Enrique Ferrari Hardoy.

En los años 50, la APA irrumpe en la UBA a través de tres conferenci­as dictadas por Angel Garma, Arnaldo Rascovsky, Arminda Aberastury. Poco después, José Bleger, David Liberman y Fernando Ulloa trabajaron como docentes en la Facultad de Psicología, una experienci­a que sufrió un duro golpe. Con Onganía y la “Noche de los Bastones Largos” termina esta experienci­a pero dejará un precedente fundamenta­l para el futuro del psicoanáli­sis en la UBA. A su vez, Aberastury fue pionera en el psicoanáli­sis de niños, que dio lugar más tarde, junto con Betty Garma, a la creación del Departamen­to de Niños y Adolescent­es en la APA, para la formación de psicoanali­stas en esta especializ­ación.

En 1993, el psicoanáli­sis argentino recibió un espaldaraz­o mundial cuando el psicoanali­sta Horacio Etchegoyen se convirtió en el primer presidente latinoamer­icano de la API.

 ??  ?? Río de Janeiro, 1945. De izq. a der.: Señora de Oliveira (Brasil), Alberto Tallaferro. Parados: Enrique Pichón Rivière; Marie Langer, Arnaldo Rascovsky, Angel Garma, Eduardo Krapf, Luisa Alvarez de Toledo, Celes Cárcamo, Lucio Rascovsky. Arriba:...
Río de Janeiro, 1945. De izq. a der.: Señora de Oliveira (Brasil), Alberto Tallaferro. Parados: Enrique Pichón Rivière; Marie Langer, Arnaldo Rascovsky, Angel Garma, Eduardo Krapf, Luisa Alvarez de Toledo, Celes Cárcamo, Lucio Rascovsky. Arriba:...

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