Bowie revive a través de sus objetos personales
Antes de llegar al Museo del Diseño de Barcelona, David Bowie is recorrió nueve ciudades en una gira itinerante de 4 años que comenzó en Londres, con la curaduría del Victoria & Albert Museum. Y con la muerte del artista, en enero de 2016, la exposición adquiere una dimensión inevitablemente emotiva.
Conmueve escuchar los primeros acordes de “Space Oddity” y ver el sintetizador original con el que grabó su primer gran éxito. O ver el traje original con el que grabó el videoclip de “Life on Mars?”, junto con las imágenes en pantalla grande y la canción desde los auriculares, todo en el mismo momento.
La exposición recoge el legado de Bowie y su versatilidad artística a través de 300 de sus objetos: atuendos, manuscritos de puño y letra, autorretratos pintados, fotografías y mucha música. Los trajes tienen un papel destacado, sobre todo el que el diseñador Kansai Yamamoto hiciera para la gira Aladdin Save de 1973, momento en que el japonés se enamoraba para siempre de su androginia. “Tiene un rostro inusual, ni masculino ni femenino, que encaja para mis diseños porque la mayoría de mis vestidos son para ambos sexos”, decía en una entrevista por aquellos años.
Cada sala de la exposición está marcada por algún hito destacado en la carrera de Bowie y respectivamente ubicado en el contexto de sus influencias literarias o cinematográficas y la situación mundial: la Londres decadente de sus primeros años como músico, la carrera espacial en la época de Space Oddity o el traje al que llamó Ultraviolencia en Tejidos Liberty como homenaje a La Naranja mecánica de Stanley Kubrick.
Una joya desconocida es la serie de bocetos con los diseños que Bowie preparó para un musical distópico que nunca llegó a estrenarse y que se inspiraba en 1984, de George Orwell, y Los chicos salvajes, de William Bourroughs. Un material que acabó inspirando la gira Diamond Dogs, cuya escenografía marcó un hito en las presentaciones de rock en vivo y que mostraba el escenario como un mundo en decadencia.
El final de David Bowie is está pensado para septiembre, sin fecha de cierre, pero se estima que se extenderá debido al éxito de convocatoria. Un público de varias generaciones que se acerca a husmear por la arqueología de objetos de este ícono de la cultura contemporánea, un artista total que buscó y consiguió trascender lo musical.