Autonomía técnica y de imagen
Los años 60 y 70 en el mundo occidental del arte supusieron grandes cambios en lo que respecta a la representación. El grabado no fue ajeno a esto y la vitalidad de ese momento lo tocó también, generando un nuevo pensamiento hacia su manera de producción, una gran apertura hacia los nuevos materiales y una libertad de realización que sobrevoló la disciplina. Fue la época en que se multiplicaron las bie- nales de gráfica y produjeron intercambios que generaron una revaloración de la disciplina.
Los artistas japoneses a partir de estos años fueron una parte muy importante en el decir gráfico. Muchos pintores comenzaron a utilizar la imagen gráfica como parte de su producción y constituyeron representaciones de gran valor en el circuito internacional. Muchos de ellos se formaron en el legendario Pratt Institute de Nueva York, que dio al grabado un gran impulso y abrió fronteras por los alumnos de todo el mundo que recibió en sus salas de trabajo.
La estampa japonesa tuvo desde sus orígenes una impronta popular y el grabado contemporáneo japonés se ha impuesto por su calidad y autonomía de imagen y técnica en los centros gráficos y bienales del mundo. Los artistas que conforman esta bella exposición reconocen una delgada línea que aún los une a sus maestros, pero simultáneamente son herederos de la calidad de producción que debe tener la obra gráfica y que los hace caminar en una dirección más abierta, vital y de gran renovación en la experimentación.