¿Nosotros qué hacemos con el extranjero?
En la Argentina, país con reconocida tradición histórica de receptor de inmigrantes, parece que también hemos acallado la pregunta sobre el extranjero (Ñ 722, ¿Y qué hacemos con el extranjero?). En este tiempo de fervor electoral, ante la avalancha de opiniones, discursos de candidatos, perio- distas, políticos, economistas, políticos de todos los colores partidarios, jamás escuché mencionar el tema de los extranjeros. ¿Será políticamente incorrecto tener en cuenta que hemos crecido demográficamente; que somos muchos más que hace veinte años, no sólo por los nacimientos sino por el flujo migratorio; que hace más de cinco años que no hacemos un censo de población; no sabemos cuántos somos ni tenemos una política inmigratoria? Bienvenidos los que vinieron, vienen y vendrán. Por oleadas a fines del XIX y comienzos del XX, por goteo en los años sucesivos. En nuestro territorio, afortunadamente, cabemos todos. Pero a diferencia de los primeros años, no estamos repartiendo la abundancia, sino la escasez. Escasez de escuelas, de sanidad, de vivienda, de trabajo. ¿No estará sin resolver esta incógnita en la ecuación económica actual?
Elsa Susana Gantes