Imán personalista, con un diseño gráfico incomparable
Debemos varias joyas compiladas en este singular volumen a una casualidad. Alguien corrió una estantería en el Archivo General de la Nación y rodó al suelo un rollo de afiches ocultado en espera de tiempos propicios. La anécdota es literal y la cuentan los editores de Afiches del peronismo, publicado por la Untref. Es una simetría de la Historia que lo mismo sucediera con el bello retrato –hiperestilizado– de Eva Perón que decora los billetes de 100 pesos.
Reunida por Raquel Quintana y Raúl Manrupe, esta antología incluye afiches realizados por muy diversos equipos y abordan todos los temas. También muestran una galería de estilos, desde los que evocan la gráfica pionera de los constructivistas soviéticos y la Bauhaus, en su elogio de la utopía fabril modernista como clave de la realización humana y el primer plano de sus héroes obreros, hasta el retrato de los líderes con una retórica más próxima al póster cinematográfico. Sus apelaciones llaman al apoyo del obrero agremiado pero también estimulan el ocio y un turistamente mo abierto a nuevos viajeros, a través de la Fundación Eva Perón.
Decisiva en la comunicación del primer período peronista fue la designación de Raúl Apold al frente de la Subsecretaría de Informaciones, que dependía direc- de la Presidencia, en 1949, quien daría a las comunicaciones estatales una importancia clave. El país que en los años 60 alcanzaría el readership de periódicos más alto de toda Iberoamérica se nutría desde principios del siglo XX de diseñadores calificados, que podían vibrar en sintonía con las grandes usinas de la comunicación europea y estadounidense. El sindicalismo fue, desde siempre, una de las avenidas que introducía la modernidad en el lenguaje visual.