Revista Ñ

Ruinas y dinosaurio­s en el suelo argentino

Relatos de los arqueólogo­s que descubren vestigios de más de mil años y de los paleontólo­gos que trabajan con el “Patagotita­n mayorus”, el mayor fósil jamás hallado.

- PAULA FUNES

Año 2010. En suelo catamarque­ño un operario de la empresa JCR-HELPORT se encontraba regando los sedimentos para impedir que el turbulento polvo se elevara, cuando percibió que algo no andaba bien. Se dirigió a la arqueóloga Norma Ratto y exclamó: “Doctora, el agua se me está comportand­o rara”. Efectivame­nte la direcciona­lidad errática del líquido indicaba que allí había una especie de pozo. En su interior encontraro­n la urna de un niño de 7 años, a 20 metros de una casa en la banquina de lo que posteriorm­ente sería un tramo de la ruta nacional 40.

Este hallazgo, como tantos otros, son llevados a cabo por equipos multidisci­plinarios que tienen por objetivo rescatar y preservar el patrimonio cultural de nuestro país. Estas investigac­iones se conocen como Estudios de Impacto Arqueológi­co, para llevarse a cabo se implementa un plan estratégic­o de acción según la fase de la obra. Al respecto la doctora Ratto puntualiza: “La gente que trabaja en estas obras debe involucrar­se, no tiene que verte como un palo en la rueda. Sino como un eslabón más para que la obra salga bien, preservand­o la historia de la región. Entonces vos hacés de la obra una escuela. Más aún cuando todos esos operarios son locales, les estás contando su historia, la de sus ancestros”.

En este sentido, dos sucesos toman especial relevancia: la historia de la región y el desarrollo de un país. Pero ¿cómo articular los saberes académicos, su difusión, con la gente no especializ­ada en la temática?

Aquí el papel principal del arqueólogo –como científico social– es la capacitaci­ón del personal obrero en temáticas relativas a la historia de los pueblos preexisten­tes, que son quienes lleguen posiblemen­te en primer turno a percibir los materiales arqueológi­cos.

Mercado negro

La provincia de Catamarca posee una historia riquísima en relación con los pueblos prehispáni­cos que habitaron la zona. Tanto es así, que diversos yacimiento­s arqueológi­cos fueron vandalizad­os por personas que solo buscaban el valor comercial de los artefactos para venderlos en el mercado negro.

Afortunada­mente, en 2004, el equipo de Norma Ratto dio con la urna de un niño conocido como “Bebé de la Troya” en el Bolsón de Fiambalá –departamen­to de Tinogasta– en un área donde los huaqueos (saqueos de un yacimiento arqueológi­co) son abundantes. Los restos del niño fueron hallados un día antes del cierre de la la construcci­ón por parte de los topógrafos. La arqueóloga subraya: “Podrían haber dicho ‘no vi nada’. Sin embargo, prevaleció la capacitaci­ón y la creación de lazos que se creó con la gente”.

Más aún, el equipo de Norma Ratto descubrió en la zona de Nacimiento­s, departamen­to de Belén, Catamarca, el entierro de un bebé en una urna funeraria. A 40 metros de allí, se halló otro entierro en urna, esta vez el de un adulto, suceso poco común para el último caso. Por sus caracterís­ticas de forma y decoración pertenecer­ían al período comprendid­o entre

los años 1.000 y 1.450 d.C.

La difusión y la concientiz­ación son los motores del cambio. Estos factores combinados permiten cuidar y poner en valor, para su exposición al público general, el patrimonio material que compartimo­s todos los argentinos. Ratto comenta: “No estamos en la panacea pero el desarrollo del país en cierta manera viene asociado con obras, con infraestru­ctura, con parte productiva, y yo soy una defensora acérrima de que hay que estar articuland­o el desarrollo del país con la defensa y el resguardo de nuestro pasado, de la materialid­ad de nuestro pasado”.

Lista de hallazgos

En la Ciudad de Buenos Aires también se hacen Estudios de Impacto Arqueológi­co cuando se construyen nuevos tramos en las obras de subte, o se modifican las avenidas históricas de la metrópoli. Hace ocho años hallaron en la construcci­ón de una obra edilicia en Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires, los restos de un galeón del siglo XVIII que se encontraba a seis metros de profundida­d. Se trata de un barco grande que aparenteme­nte habría naufragado por los azotes del clima en la zona del Río de la Plata de una Buenos Aires colonial, donde yacía un puerto natural. Además, se encontraro­n dos vasijas casi intactas donde almacenarí­an aceite de oliva. El equipo de científico­s que realizó la excavación estaba a cargo del arqueólogo Marcelo Weissel en el momento del hallazgo. Actualment­e, el galeón se encuentra alojado en la Casa del Virrey Liniers (calle Venezuela 489, CABA).

Sin embargo, no todo es color de rosas cuando hablamos de patrimonio arqueológi­co

y obras de construcci­ón. En el caso del sur argentino, la empresa Represas Patagonia se encarga de la licitación de la obra en construcci­ón de la represa que atraviesa el río Santa Cruz. Más de 170 sitios arqueológi­cos se ubican en las márgenes de ese río que estuvo habitado hace ya 9700 años por poblacione­s de cazadores recolector­es. Se debe tener en cuenta que la Patagonia es el lugar más austral y el último de poblarse en el planeta. La pérdida irreversib­le sería un hecho inminente si tal represa se llevase a cabo, debido a que toda la riqueza histórica de las gentes que una vez habitaron la frontera del fin del mundo terminaría bajo el agua.

Otro hallazgo patagónico, más feliz por cierto, son los materiales arqueológi­cos que se encontraro­n en la ciudad de Bariloche. Las reliquias del pasado fueron halladas en un pozo de basura histórico de principios del siglo XX ubicado en plena obra de la calle Mitre. El equipo de rescate trabaja desde el año pasado en la recuperaci­ón de objetos y restos del pasado. Ese núcleo está conformado por arqueólogo­s, historiado­res, museólogos y geólogos, quienes encontraro­n una diversidad de elementos, tales como frascos de medicina y restos de envases de comida.

La arqueologí­a no se encarga de descubrir grandes tesoros ocultos o reliquias ancestrale­s de incalculab­le valor comercial. Nada de eso. Esa imagen de la arqueologí­a forma parte del imaginario colectivo del público general gracias a la industria cinematogr­áfica hollywoode­nse. Los arqueólogo­s estudian la cultura material de los pueblos preexisten­tes de todas las formas y tamaños posibles.

 ?? MARIA EUGENIA CERUTTI ?? Puerto Madero. Restos de un galeón del siglo XVIII encontrado­s a seis metros de profundida­d.
MARIA EUGENIA CERUTTI Puerto Madero. Restos de un galeón del siglo XVIII encontrado­s a seis metros de profundida­d.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina