Toda fuga es ilusoria
Poesía. En los textos de Nurit Kasztelan, la voz que relata o recita se exige, se cuestiona, se estudia, o se evade de sí misma, para alcanzar un estado en el que la tensión dé lugar a un rapto de iluminación.
La molienda
Lo único que quiero es provocar un estado de tensión en el que las cosas se rompan y no haya ruido.
Funciono como las plantas, si aspiro demasiado me ahogo.
En Méjico me contaron de una mujer a medida que molía el maíz, su brazo iba desapareciendo.
Soy como esa mujer que se muele a sí misma me escribo y desaparezco.
Toda fuga es ilusoria
La factura de la luz alcanzó un pico que jamás tuvo y me pregunto si será una falla en la instalación o un desfasaje en el medidor.
El medidor no se corresponde con la realidad. El medidor cuestiona los parámetros de mi realidad. En una fuga la energía es tanta que sale de su circuito normal.
En una fuga la energía es tanta que no cabe en el cuerpo y por eso se disuelve.
Poco más que decir, el equilibrio deseado está trunco.
Quiero un novio electricista y no puedo atraer sin centro de gravedad.
Química de las esporas
Cuando la ausencia se vuelve orgánica me convierto en espora si entro en contacto con algo vivo cambio de estado.
Reacciono químicamente.
No me sirve entender no me sirve la palabra consuelo necesito creer en cosas menores.
Un verde pensar
No me crié en el campo.
No tuve un río al que escribirle poemas.
No tuve el río que mi ahora ex amor sí tuvo y tal vez sea esa la razón por la que no estamos juntos. El siempre tuvo río en los ojos, yo no. No sé qué reflejan mis ojos no sé hacia dónde mirar dónde ponerle perspectiva a las cosas.
Tampoco sé qué vengo a buscar
¿será ese río que no tuve?
Más abajo del yo por debajo de ese yo vienen las imágenes a completarme los poemas: una bandada de estorninos, humedales, ese desierto.
Me asusta que provengan de poemas de otros. Este es un estado de las cosas: tengo que cambiar el envase del cuerpo.