Manejar la conjunción
“Se les fue un amigo. Era un tipo fornido, alto, morochón, pero buena persona, muy generoso”.
La discriminación circula cada vez más desembozadamente: negros de mierda, bosta inmigratoria. Gente del mismo palo intenta disimularla seleccionando términos de un paradigma con menor agresividad y en apariencia afectuoso: el “morochón” de la cita podría ser un ejemplo. Hay palabras con distinta carga semántica a la del sustantivo o el adjetivo, muy aptas para develar verdades que las personas con escaso dominio del lenguaje ocultan: el “pero” de la cita. Con esta conjunción adversativa se contraponen dos ideas, “una de ellas no formulada de manera explícita, sino inferida” (Gramática, 2010). Es posible deducir que al hablante le resulta extraño que un “morochón” sea buena persona y generoso. Se ve más claro si a pero se le agrega un enfatizador como sin embargo o no obstante: “Es morochón, pero sin embargo generoso”.