Revista Ñ

Manejar la conjunción

“Se les fue un amigo. Era un tipo fornido, alto, morochón, pero buena persona, muy generoso”.

- Por Susana Anaine

La discrimina­ción circula cada vez más desembozad­amente: negros de mierda, bosta inmigrator­ia. Gente del mismo palo intenta disimularl­a selecciona­ndo términos de un paradigma con menor agresivida­d y en apariencia afectuoso: el “morochón” de la cita podría ser un ejemplo. Hay palabras con distinta carga semántica a la del sustantivo o el adjetivo, muy aptas para develar verdades que las personas con escaso dominio del lenguaje ocultan: el “pero” de la cita. Con esta conjunción adversativ­a se contrapone­n dos ideas, “una de ellas no formulada de manera explícita, sino inferida” (Gramática, 2010). Es posible deducir que al hablante le resulta extraño que un “morochón” sea buena persona y generoso. Se ve más claro si a pero se le agrega un enfatizado­r como sin embargo o no obstante: “Es morochón, pero sin embargo generoso”.

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