Fragmento
Jamás hubo un crítico que haya sabido darle una forma tan asombrosa y verdadera al procedimiento mismo de la crítica. Ese es el extraordinario arte de este hombre. Un ardoroso misántropo y tipo raro, inaccesible desde siempre, que se va replegando más y más a su relación con los gatos y los perros que encuentra en la calle y adopta. También en eso se corresponde por completo con el retrato clásico de los grandes satíricos. Sólo un hombre muy solitario puede colocar su yo de manera tan fresca e insobornable en medio del ámbito de lo objetivo.