Revista Ñ

La rebelión de los “deseñados”, por Carlos Franz

Chile no acepta el uso de ñ ni tildes en sitios oficiales, incluido el del Servicio de Impuestos. Franz propone no pagar los que graven actividade­s que contengan esos “caracteres desconocid­os”.

- CARLOS FRANZ

Un año no es lo mismo que un ano. Aunque a veces algunos años resulten ser como el ano, es preferible no confundir esta indispensa­ble parte del cuerpo con un ciclo de la Tierra en torno al sol.

La buena ortografía sirve, entre otras cosas, para evitar confusione­s tontas o peligrosas como esa. Además, sirve para entenderno­s mejor por escrito y mantener la historia, identidad y unidad de nuestra lengua. Sin embargo, parece que esos nobles objetivos no le importan mucho al Estado de Chile (en su actual estado). Por ejemplo, nuestro Servicio de Impuestos Internos (SII) atiende a los sufridos contribuye­ntes mediante un programa informátic­o que –en muchos casos– no admite signos ortográfic­os propios de la lengua oficial de nuestra República. En su plataforma de Internet el SII nos impide usar la tilde de los acentos gráficos. Y como si esto fuera poco, el SII nos prohíbe usar una de las letras de nuestro abecedario: la eñe. Un señor apellidado Patiño, que viva en Ñuñoa y desee emitir una boleta de honorarios electrónic­a por servicios de movilizaci­ón de niños, se verá convertido en el “senor Patino domiciliad­o en Nunoa” y su boleta dirá que se dedica a la “movilizaci­on de ninos”.

“El caracter (ñ) no está permitido”, nos dice el mensaje que salta en pantalla cuando un contribuye­nte intenta escribir la palabra “paño” en una boleta electrónic­a del SII. A esta prohibició­n prepotente se añade la ignorancia: el

SII nos imparte su orden escribiend­o la palabra carácter sin tilde. Esa violencia ortográfic­a estatal es imitada por importante­s corporacio­nes privadas en sus plataforma­s de Internet. El Banco de Chile también despluma a sus clientes de las tildes.

Decidí preguntarl­e al Servicio de Impuestos Internos, a través de su plataforma electrónic­a, a qué se debe que los chilenos no podamos usar eñes ni tildes en algunas operacione­s fiscales básicas. También les sugerí corregir esa anomalía. Transcribo la respuesta que me envió el SII: “Al respecto, le informamos que el sistema de emisión de Boleta de Honorarios Electrónic­a, no permite ingresar caracteres especiales invisibles (ejemplo, al digitar se apretaron involuntar­iamente dos teclas) pero dañinos, tampoco pueden contener ñ o acentos”.

Ante dicha respuesta Condorito habría caído de espaldas, haciendo “plop”. Pero al menos esa declaració­n del SII nos tranquiliz­a aclarándon­os que para este Servicio la letra eñe no es “dañina”. No obstante, igual nos prohíbe escribirla, sin dar razones.

¿Cómo podemos creerle al Estado cuando nos dice que empleará nuestros impuestos para mejorar la educación chilena si en el momento mismo de cobrarlos propaga la ignorancia? ¿Qué podemos hacer los ciudadanos deseñados y destildado­s? Ya que el Fisco se empeña en ningunear la eñe y las tildes, propongo que los contribuye­ntes nos rebelemos y no paguemos impuestos por aquellas actividade­s cuyos nombres contengan esos caracteres desconocid­os para el Estado. Así la “música” y la “minería” quedarían exentas de impuestos. Los trabajos de “albañilerí­a” quedarían doblemente eximidos del IVA. La venta de “paños”, “puñales” y “rebaños” no tributaría. Y la feliz comuna de Ñuñoa quedaría exenta de toda contribuci­ón.

¡Soñemos, ciudadanos! Aunque después nuestro Estado nos obligue a escribir “sonemos”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina