Ronaldo Fraga Frenesí fashion en la agenda arty
Al atardecer, sobre el Río de la Plata, un camino demarcado por cálidas luces en frascos recibía a los invitados a la performance e inauguración de Génesis - Cultura sin Fronteras, del diseñador brasileño Ronaldo Fraga en el Hotel de Inmigrantes. En rigor, una pasarela se estableció en el largo pasillo, entre las salas del tercer piso para un desfile. Por allí, hora y media más tarde, cuando había llegado el grueso de los asistentes –casi toda la comitiva de Art Basel Cities, que empezaba sus 48 horas en el país, junto a un puñado de asistentes VIP–, largó el show.
Pero antes se dejó ver Fraga, un talento oriundo de Minas Gerais, aprendiz de costurero junto a las señoras y las travestis del barrio humilde del que proviene, deslumbrado con la diseñadora de modas que denunció con sus prendas la desaparición de su hijo por la dictadura brasileña en los 70, Zuzu Angel. Como ella, Fraga apostó a la moda como medio de expresión. El mismo agitó el avispero, ya consolidado, al subir a la pasarela a un grupo de travestis, hecho que retumbó en la prensa paulista, y como consecuencia una de sus modelos recibió el llamado de su padre que todavía la llamaba con nombre masculino, para felicitarla. De esto habló Ronaldo Fraga unos días antes, en una conferencia en la calle Córdoba. Pero ese día, inmutable, antes de que llegaran todos dirigía el ensayo con firmeza, especialmente a los no-modelos que fueron parte de la consigna para “Construir una nación diversa”. Artistas, deportistas y personalidades de la cultura: Jorge Telerman, Orly Benzacar, Daniel Link, Teresa Anchorena, Dudi Libedinsky, Mauricio Wainrot, entre varios. Charo Bogarín, del