Revista Ñ

Escenas del diario desconcier­to, por Mercedes Pérez Bergliaffa

Sebastián Gordín. El artista exhibe obras de clima onírico, con frases de Mariano Pensotti que pueden entenderse como instruccio­nes para leer la muestra.

- MERCEDES PEREZ BERGLIAFFA

Nunca confíes en poder cerrar todas las puertas que abrís”. “Vos no sos ése que aparece en la imagen de tu autorretra­to”. “Las películas tristes hablan siempre de tu vida”. “Ninguna fiesta requiere de tu presencia”. “No fue una buena idea dejar de imitar a los ídolos de tu adolescenc­ia”.

Las anteriores son algunas de las sentencias –llevan por título “46 máximas escuchadas al entrar a un camarote equivocado”– que el dramaturgo y director teatral Mariano Pensotti escribió y hoy se leen en el espacio de la galería Ruth Benzacar donde se expone un conjunto de extrañas, curiosas obras del artista Sebastián Gordín. Los textos de Pensotti colaboran con el clima un poco surrealist­a de Camarote equivocado –título tan desconcert­ante como las frases–, una muestra creada con un montaje expositivo diferente al que usualmente utiliza Gordín para exponer su producción. El diseño del montaje (realizado con ayuda de Gustavo Doliner) tiene tanta prepondera­ncia que pasa a integrar también una parte importante de la exhibición: guía, define sus lecturas, categoriza y delimita la observació­n, la comprensió­n.

Al final del recorrido nos preguntare­mos si realmente era otro el camarote – presentado como un espacio simbólico– que se buscaba o si se trató verdaderam­ente de un chasco, de una más en la suma de desilusion­es que se sudecen en la vida: si el visitante estaba, en definitiva, equivocado o no. Camarote equivocado muestra algunos cambios respecto a los proyectos anteriores de Gordín: sin necesidad de seguir mateniéndo­se ligado a la lógica de lo narrativo, más alejado ahora de la relación directa con el mundo del comic, del cine y la literatura de ciencia ficción vintage y a veces bizarra, clase B, los personajes de sus obras se tornan abstractos, y las escenas que presenta (si es que puede llamársela­s así) aparecen oníricas o surrealist­as, como el mismo artista las define. “Es un desapego de la reali-

dad –dice–, un estilo de la representa­ción ligado a lo surreal”.

Las piezas, explica el artista, se construyer­on a lo largo de sus últimos veinte años de trabajo. Comenta que se parecen mucho a la escultura moderna pero que su escala las disminuye. Para realizarla­s hubo un proceso de arqueologí­a, de búsqueda de obras y objetos perdidos en el taller, de recuperaci­ón de piezas desechadas que tuvieron una segunda oportunida­d al encontrar a su par. Gordín también menciona que se fueron armando “parejas”, “familias” entre los objetos, y que estas “parejas” o “familias” son las que fueron definiendo las obras de la exposición en Benzacar. “Estos objetos nuevos son propensos a sorprender, son absurdos, un poco tontos”, dice el artista, como si estuviera refiriéndo­se, en realidad, a un grupo de amigos o de seres queridos con quienes viene manteniend­o una larga relación.

“Nunca confíes en un millonario” es una caja con lluvia de aceite. Dentro de ella todos los personajes ubicados en un costado parecen observar, con detenimien­to, sus cabezas hacia abajo, los cráteres o agujeros que aparecen en el piso negro: hundimient­o. Esta es una de las pocas obras que expresan, de forma literal, su título.

¿Cómo se relacionan los textos de Pensotti con las puestas en escena de Gordín? “Las máximas de Mariano –explica el artista– son una especie de manual de instruccio­nes de cómo comportars­e ante diversas situacione­s. Por lo tanto, también podría decirse que constituye­n instruccio­nes para leer las obras”.

Sentencias crudas, rigurosas, destemplad­as y al mismo tiempo cargadas de ironía, guían la mirada, la comprensió­n sobre las escenas de Gordín: textos y escenas conforman una rica, inquietant­e conversaci­ón .

“Tu sangre no es lluvia que riega tu cuerpo para que un día florezcas”. “Nunca confíes en quienes sonríen diciendo haber sido amigos de tu infancia”. “Tu cuerpo no es el lugar transitori­o de algo menos imperfecto”. Cada pieza es, en general, un objeto torneado en madera, grandes cabezas semejantes a alfiles de ajedrez (¿De Chirico?), desplegado­s en otras formas, o mirándose reflejados en espejos de cobre. Ramas de metal que parecen desplazars­e en bloque, avanzar formando ángulos rectos, rompiendo el espacio con cierta agresivida­d. Y un par de pinturas creadas en chapa teñida, formando bloques de colores de líneas milimétric­as que Gordín recortó dándoles forma, componiend­o en el plano y en 3D.

Reconocido no sólo por la riqueza y vastedad del imaginario de sus obras y la originalid­ad de las escenas y personajes que crea, otra marca registrada de Gordín es su delicada atención a la labor, al oficio; el trabajo minucioso que realiza con materiales poco frecuentes y con técnicas anteriorme­nte utilizadas por artesanos exquisitos. De la sinergia entre las imágenes, las escenas, el recorrido inusual entre ellos y los textos, nace una atmósfera abierta a lo incierto y lúdico; dispuesta al desconcier­to o al exterminio. Por eso, como recomienda la máxima de Pensotti y las figuras de Gordín parecen aceptar, “no tenés idea de adónde vas pero será mejor que no vuelvas por donde viniste” después de recorrer esta exposición.

 ??  ?? No More Mr. Nice Guy. 2017, madera, maderas en chapa teñidas, vidrio, bronce, plexiglass, vaselina líquida, bombas de agua, 78 x 100 x 60 cm.
No More Mr. Nice Guy. 2017, madera, maderas en chapa teñidas, vidrio, bronce, plexiglass, vaselina líquida, bombas de agua, 78 x 100 x 60 cm.
 ??  ?? Artista desconocid­o. Autorretra­to pintado sobre el reverso de una obra de Gordín que se presumía perdida. 2017, madera y bronce, 30 x 30 x 30 cm.
Artista desconocid­o. Autorretra­to pintado sobre el reverso de una obra de Gordín que se presumía perdida. 2017, madera y bronce, 30 x 30 x 30 cm.
 ??  ?? Artista desconocid­o. Autorretra­to sobre las dos caras. Madera, plexiglass, cobre, resina poliéster con inclusione­s, 30 x 30 x 30 cm.
Artista desconocid­o. Autorretra­to sobre las dos caras. Madera, plexiglass, cobre, resina poliéster con inclusione­s, 30 x 30 x 30 cm.

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