Un museo en los Valles Calchaquíes
Barro por fuera, que se ensambla maravillosamente con el excepcional paisaje poblado de viñedos y montañas de Colomé, y alta tecnología por dentro en el Museo James Turrell, dedicado exclusivamente al estadounidense James Turrell. A 2.300 m. sobre el nivel del mar en el Valle Calchaquí, Salta, el museo alberga en sus 1.680 m2 nueve instalaciones permanentes, hechas con luz como herramienta artística, trabajos en papel, dibujos y grabados; pertenece a The Hess Art Collection en Bodega y Estancia Colomé del Grupo Hess Family Estates, que solventó el proyecto. Fue inaugurado en 2009 con la presencia del artista tras siete años de compleja realización. La luz genera espacios y suscita un recogimiento vinculado a una gozosa espiritualidad. Mosaico de fragmentos e intensidades luminosas incluso hacen sentir las vibraciones, el hecho físico, de la luz.
Una de las extraordinarias instalaciones es “Spread”, 2003: ambiente de 370 m2 con piso con leves ondulaciones, absolutamente inundado de luz azul, en el que se ingresa descalzo y se cree viajar al infinito. Para ver en noches estrelladas, “Unseen Blue”, 2002, es un mirador abierto al cielo cuya luminosidad varía con el paso del tiempo y las cambiantes luces artificiales (en bordes de la abertura) que lo pintan como un cuadro, al infinito.
Entre las proyecciones más radiantes se encuentran “Alta Green” y “Penunbra”, contrapuestas a “Slant Range”, una de las piezas en que la negritud se abre paso parsimoniosamente hacia cierta luminosidad, seduciendo con la promesa de lo inesperado, que acontece si el espectador adopta una actitud paciente y meditativa. “City of Ahirit”, una ciudad de luz cósmica, está organizada en cuatro ambientes que se suceden y que deben ser atravesados por el visitante que ingresa al primer espacio rojo sangre, creyendo flotar hacia el próximo ámbito coloreado de verde y luego deslizándose hacia el violeta, para después entrar a una nube azul; memorable conexión entre lo que se percibe y lo que se intuye.