Revista Ñ

Piazzolla. ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!,

de Oscar López Ruiz

- MAURO LIBERTELLA

En YouTube circulan algunas grabacione­s audiovisua­les del Quinteto Nuevo Tango en vivo. Fue, para muchos entendidos, la mejor de las agrupacion­es de Astor Piazzolla. Con el Quinteto recorrió el país, cruzó a Europa, revolucion­ó el tango y le hizo un tajo a la música ciudadana moderna. Fueron años imparables, en los que Piazzolla componía, grababa y tocaba casi sin descanso. Esos años están plasmados en un puñado de discos y en este libro, Piazzolla. ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! , de Oscar López Ruiz, el flaco detrás de la guitarra de ese grupo. En esos registros visuales de época se lo puede ver: está sentado siempre a la derecha del maestro, las piernas cruzadas, la camisa negra y la concentrac­ión absoluta. Solo así se puede tocar una de las músicas más complejas del mundo.

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! es un compendio de anécdotas de primera mano, escritas en una lengua oral y cercana, plagada de lunfardis- mos y de una alta musicalida­d, como si López Ruiz hubiera querido hacer lo imposible: llevar la sensibilid­ad del tango (callejera y culta, juguetona y violenta, siempre cambiante) a un relato sobre la relación entre dos puntales del género. Estructura­do sobre capítulos cortos, se puede leer también como una auténtica educación sentimenta­l. López Ruiz escucha por primera vez a Piazzolla a los 15 años y no lo puede creer. Luego entra a formar parte del grupo y recorre con él el país, en un auto velocísimo (a Astor le gustaba manejar rápido), entre bromas pesadas (era un “zarpado”) y jornadas extenuante­s. Luego los caminos se separan. Después de 25 años tocando juntos, López Ruiz deja la banda y Astor empieza su segunda vida, anclado sobre todo en Europa y tocando en los mejores auditorios del mundo.

Así como Borges pasó buena parte de su vida viajando a pueblos del interior para dar confepero rencias sobre los temas más variados por una paga módica, Piazzolla tocaba ahí donde alguien se lo ofreciera. Fiestas de clubes de barrio, aniversari­os de intendenci­as, festivales en pueblos fantasma: a nada le decía que no, y cuando los instrument­os se enchufaban la importanci­a de cada presentaci­ón, para él, era capital. Bromista incansable abajo de las tablas, no soportaba que alguno de sus músicos profiriera una humorada mientras tocaban. Llegó a tocar con 40 grados de fiebre y se desmayó en el último tema de un concierto, pero jamás canceló una presentaci­ón. Puede sonar excesivo, sabía que estaba cambiando la música moderna y no quería perder un minuto.

Hombre de lengua filosa y personalid­ad conflictiv­a, se enemistó con muchos de los personajes centrales de su época. De Borges dijo: “El viejo es un genio, sin dudas, pero también es un pelotudo”. Cuando le preguntaro­n si podía tocar el bandoneón como Troilo, su maestro y amigo, disparó: “Y... si me atara la mano izquierda a la espalda y me rompiera un par de dedos de la derecha, puede ser que sí”. Astor sabía que era un genio y durante más de 40 años no fue reconocido como tal salvo por un grupo de iniciados. Eso germinó en él un temperamen­to rudo, por momentos rencoroso, que se fue matizando a medida que la gloria llegaba. El libro de López Ruiz es también eso: el registro en primer plano de cómo vive un artista mayor en un contexto que muchas veces le dio la espalda. Como toda biografía de artista, también intenta contestar una pregunta que no tiene respuesta: cómo nace la genialidad.

Y si bien el libro se extiende más allá, el arco humano del texto se cierra cuando llega 1973, Piazzolla sufre un infarto y su guitarrist­a apunta: “Siguió siendo hasta su muerte un músico excepciona­l, fantástico, pero ‘la magia’ no estaba más. Se había ido por entre los pliegues de la herida de su corazón”.

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 ??  ?? PIAZZOLLA. LOCO! LOCO! LOCO! Oscar López Ruiz Gourmet Musical 280 págs.
$ 360
PIAZZOLLA. LOCO! LOCO! LOCO! Oscar López Ruiz Gourmet Musical 280 págs. $ 360

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