Flora y fauna
“Hoy hacemos una serigrafía, mañana podemos tirar una bomba molotov”, dice César, con aire provocador, en el taller de la Unión Revolucionaria de Trabajadores del Arte (Urtarte), Oaxaca, México. Sus grabados forman parte indisoluble de esta ciudad mexicana en la que la diversidad está viva y camina por sus calles: son 16 los pueblos indígenas que habitan este estado y en muchos municipios las autoridades se nombran por asamblea popular, mecanismo que tiene su máxima expresión en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), surgida de un levantamiento pacífico en 2006.
Algunos grabados conmemoran la Revolución Rusa, otros responden a cuestiones urgentes de la coyuntura política: “Ley de inseguridad interior” se lee en una de las paredes junto a la imagen de un perro con cara humana y gorra militar al que están a punto de cortar la cadena y largar a perseguir su presa. No es para menos: en diciembre pasado, el Congreso mexicano aprobó una ley que a los argentinos nos trae malos recuerdos. La Ley de seguridad interior legitima el uso de las fuerzas armadas para combatir la violencia dentro del país.
“La gráfica y Urtarte han demostrado que tienen la posibilidad de responder a la coyuntura. La ley se discutía en el Parlamento y a la semana se empezó aquí a crear una respuesta”, dice Mario, otro artista militante, mientras trabaja en una serigrafía de Lenin.
¿Responden a algún partido? “Urtarte forma parte del partido Comunista de México Marxista Leninista –responde César– , su línea política es abierta pero no es un partido de masas”. Explica que la creación de diversas organizaciones se debe a la necesidad de bajar a la tierra la acción política. Así, “se crea el Frente Popular Revolucionario (FPR), que a su vez crea la Unión de Campesinos Pobres (UCP), la Unión General de Trabajadores de México (UGTM), y dentro de ellas, crea a Urtarte, como una organización sectorial de artistas”.
Mientras ellos trabajan en el chablon color turquesa, una compañera recorta un grabado en forma de puñal que terminará siendo un señalador.
“Debemos utilizar todas las formas de lucha para llegar al poder. El problema es cuando esas formas de lucha se vuelven únicas, ahí tenemos a las FARC que sólo reconocen la lucha armada. Nosotros decimos que no, que es válida según las situaciones concretas. Por ejemplo, aquí en 2006, surge la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), uno de los movimientos más importantes del país, después de la Revolución de 1910. Y ahí la gráfica también despunta, creo que el poder que tiene una imagen es grandísimo, muchos conocemos la APPO a través de las imágenes”.
Así explican su tarea, mientras no dejan de trabajar en su serigrafía. Nos vamos, con un grabado hermoso de una mujer campesina. Y seguimos pensando en medios y fines. Si de estrategias se trata, nos quedamos con esta, basada en la convicción del poder de la imagen.