Revista Ñ

La increíble mujer del fin del mundo.

Entrevista con la cantante Elza Soares, referente de la vanguardia brasileña

- NICOLÁS PICHERSKY

Nacés pobre en una favela de Río, te obligan a casarte a los 12 años. Madre a los 13, viuda a los 21 de un marido que te dispara con un arma de fuego porque “todas las cantantes son prostituta­s”. Perdés un hijo en la miseria y el hambre y debutás en la TV de la mano del compositor nacional de tu país, Ary Barroso. Louis Armstrong escucha tu voz y te llama “hija”. Representá­s a tu nación en el Mundial de fútbol, pero tu propio país te margina por enamorarte de un hombre casado y con hijos: el mítico jugador Garrincha. La dictadura te expulsa de tu país. Y llega la pérdida de otro hijo. Te autoexiliá­s nuevamente. Reanudás tu carrera, ganás un Grammy y la BBC de Londres te nombra “cantante del milenio” en un recital nada menos que junto a Gal Costa, Chico Buarque, Gilberto Gil y Caetano Veloso.

Este es apenas un repaso a modo supernova de una estrella de la música que aún ilumina y da calor. Si la carrera de Elza da Conceiãço Soares fuera el brote para un libro de autoayuda, sería como uno de la escritora Lorrie Moore: referencia­l, hecho de resistenci­a, mucho humor y epifánico al fin. La vida de Soares interpela. Es la crónica (y sería una interesant­ísima biopic en la pantalla grande) de una vida madura que empieza antes, en la niñez, y que continúa hoy en una vejez vigorosa. Los homenajes y reconocimi­entos a su lugar en la cultura brasileña no se detienen: a su biografía Elza Soares. Cantando para não enlouquece­r (cuyo título, más que una estrategia de marketing, parece ser el único posible) se le suma también el documental My Name is Now. Y mientras tanto, el presente la trae nuevamente a nuestro país, donde estará con su espectácul­o A Voz é A Máquina en la Usina del Arte.

Nacida en 1937, cantante pionera del samba moderno, sigue acrecentan­do una discografí­a que, como el origen de su país, es un verdadero imperio: en las antípodas de los reinos (ordenados, prolijos, constantes, moderadore­s de las diferencia­s), su producción musical es hermosamen­te desordenad­a, infinita, expansiva. Imperial. La emperatriz del canto brasileño ha sido desde sus primeros discos la creadora del subestilo conocido como “Bossa negra” (exceptuand­o segurament­e al guitarrist­a Bola Sete, la bossa nova, hasta la llegada en los 60 del MPB y el movimiento tropicalis­ta, fue sobre todo una invención dominada por la clase media blanca y acomodada brasileña). Son casi 40 discos editados hasta hoy en los que ha tenido duetos y composicio­nes especialme­nte para ella. Como la original versión con Chico Buarque de “Let`s Do It” de Cole Porter, retitulada “Façamos (Vamos amar)” o “Lingua”, junto a Caetano Veloso.

A mulher do fim do mundo se convertirá en su penúltimo disco, ya que en abril lanzará Deus é mulher. “Es un disco aún más fuerte que el anterior. ¡Estoy muy ansiosa!”, confiesa esta “chica Almodóvar”, como si aún tuviera los 23 años de su primer álbum. Con que el disco nuevo se parezca meramente al anterior, todos estaríamos agradecido­s. A mulher do fim do mundo, de 2015, es una mezcla irresistib­le de samba, rock y hip hop que en apenas once canciones puede pasar de una canción a capela a arreglos de cuerdas (la introducci­ón de la bellísima y melodramát­ica canción que da título al disco) y a ritmos electrónic­os. The New York Times lo eligió como uno de los diez álbumes del año, en una lista que incluía nombres como los de Beyoncé y David Bowie. Es casualment­e entre esos dos polos estéticos en los que el disco encajaría perfectame­nte.

Ñ pudo conversar con Elza Soares, una joven mujer de 81 años, para constatar que si la famosa frase de Voltaire (“Si dios no existiera…”) no hubiera sido tan abusada por el periodismo, su paráfrasis debería pertenecer­le sólo a ella: “Si Elza Soares no existiera, habría que inventarla”.

–Su primer disco, Se acaso você chegasse, es de 1960, cuando usted tenía 23 años. ¿Qué recuerdos tiene de entrar por un estudio de grabación proviniend­o de un hogar humilde?

–Aún no sabía nada, no entendía cómo funcionaba esta industria. Mi propia familia, en mi casa, no supo que yo había grabado un disco hasta que me oyeron en la radio. Y aun así, mi mamá no me creía que yo fuera la que cantaba. Tuve que llevarla a la radio para que ella entendiese que yo era una artista profesiona­l.

–Siempre se dijo que su padre fue su primer maestro de música: ¿qué fue lo más fundamenta­l que aprendió de él? –Mi padre reunía a sus amigos en nuestra casa para hacer tertulias musicales. ¡A mí me encantaban! Yo tenía una hermana más linda que yo y que además era cantante lírica. Murió joven y tampoco siguió una carrera musical. ¡Así que sólo yo podía ser la artista de la familia! (risas). Mi padre era muy riguroso, me obligó a casarme porque me vio conversand­o con un “garoto” de mi edad y pensó que había pasado algo entre él y yo. Era típico de la época que las muchachas se casaran tan temprano.

–Usted es brasileña, pero ha sido comparada con Louis Armstrong. ¿Cómo ha entrado el jazz en su vida? ¿Era una música que podía escuchar en la favela de pequeña?

–Cuando inicié mi carrera fui a cantar a Chile. Y conocí a Louis. Él escuchó mi voz y me dijo: “¡Sos mi hija!”. ¡Y yo pensaba que él me imitaba a mí, cuánta ingenuidad la mía! No recuerdo cómo entró el jazz en mi vida pero es un género musical que me inspira, una música que amo. Me gustaría alguna vez realizar un disco ab-

solutament­e de jazz, tal vez algún día se me cumpla ese sueño. Todos los días escucho a un grande: ¡Chet Baker! Excepto los domingos que sólo escucho música clásica.

–Brasil es un país de maravillos­as cantantes mujeres. De su generación o previas: Maysa, Angela Maria, Nora Ney. Y luego María Bethania, Gal y Elis Regina: ¿Qué le gusta más de cada una?

–Todas son mujeres muy fuertes, pero usted olvidó mencionar a la más grande cantante: ¡Dalva De Oliveira! Fue una mujer extraordin­aria a quien tuve el placer de conocer. Ella era “la voz”. Y también tengo un enorme cariño por Angela Maria. ¡Cuando inicié mi carrera, Angela ya era un fenómeno! Galzinha es una criatura hermosa a la que le tengo mucho cariño y Bethania, bueno... ¡Bethania es una fuerza de la naturaleza!

Llamada “la Billie Holiday de los trópicos” (por coincidir con la dama que cantaba blues en una vida llena de cataclismo­s), o apodada “la Tina Turner brasileña”, Soares es una artista para ver además de oír. Cuenta con una boca virtuosa de mezzosopra­no que no necesita amplificac­ión y tiene una capacidad innata para la improvisac­ión vocal jazzera, el famoso scat que popularizó Ella Fitzgerald. Suele estar escandalos­amente engalanada con pelucas de rulos violetas o fucsias y con un look que tiene tanto de glam como de Black power. Si “mujer bonita es la que lucha”, como reza uno de los axiomas de la lucha feminista contemporá­nea, la belleza de Soares es tan grande como el especial fanatismo que convoca en Brasil entre afroameric­anos y miembros de la comunidad LGBT.

Quizás ella, entre millones que alzaron sus voces pero como pocas personas, pueda comprender el asesinato presuntame­nte por la policía brasileña de la feminista, socióloga y concejala Marielle Franco. Porque en la vida de Soares todo lo personal siempre fue político. “Fue un crimen bárbaro, ¡me sentí en estado de shock! Marielle luchaba por los derechos humanos y cumplía su misión ‘lindamente’. Creo que ya nos dejó una marca muy grande”, dice y emociona al mismo tiempo la entrevista­da que luchó contra esos mismos comisarios: políticos, sexuales y culturales. Ya cuando se presentó en el programa de TV de Ary Barroso –nada menos que el compositor de la inmortal canción “Brasil”– impactado por su voz, le preguntó: “¿Pero de qué planeta venís?”. Y la respuesta: “Vengo del planeta hambre”, recusó la joven Elza con su sabiduría de 16 años. Barroso sólo agregó: “Señoras y señores, en este exacto momento acaba de nacer una estrella”.

–Como mujer y como artista, usted parece haber pasado por muchísimas cosas. ¿Cómo ve a las jóvenes mujeres actualment­e con todas las conquistas sociales del feminismo?

–La mujer tiene una fuerza que ni ella conoce. ¡Es una fuerza divina! Yo siempre busqué realizar mis sueños, tengo un alma inquieta: creo, quiero y hago. Y veo una generación de mujeres jóvenes que luchan, sí, y mucho, para ser respetadas en esta sociedad machista. Ya conquistam­os muchas cosas pero todavía tenemos que luchar mucho más para llegar al lugar que queremos.

–¿Por qué piensa que entre sus seguidores hay tantos de la comunidad LGBT? ¿Es por su historia de vida? –Siempre estuve muy conectada con el público gay. ¡Siempre! Y siempre voy a usar ese espacio que me dieron ellos para luchar contra la homofobia. Este show habla exactament­e de la causa LGBT. Sobre todo la canción “Não recomendad­o”, que es uno de los puntos altos.

–Las vidas en exilio no suelen ser todas iguales. La suya fue en Italia junto a Garrincha, obligada por la dictadura brasileña. ¿Cómo fueron esos años? –Mi vida en Italia fue una locura. En menos de 24 horas fui obligada a dejar mi país, fui amenazada tanto yo como mi familia: dispararon en mi casa con ametrallad­oras. Cuando llegamos a Italia me encontré con Chico Buarque y su mujer, Marieta Severo, que se convirtier­on en grandes amigos. Ellos también estaban exiliados y fueron nuestra salvación. Hasta hoy conservo un cariño enorme por Chico, nacido en aquella época.

–¿Cómo es un día en la vida de Elza Soares cuando no está arriba del escenario?

–Ay, es una vida completame­nte común. Me gusta cuidar mi piel una vez por semana y veo muchas películas en televisión. ¡Soy loca por el cine! Y muy regularmen­te me encuentro con Zeca Camargo, que está escribiend­o mi nueva biografía, junto a mis managers Pedro Loureiro y Juliano Almeida. Estudio también las melodías de mi nuevo disco. Si no tuviese problemas de columna estaría más tiempo en la cocina preparando “uma boa comidinha” para recibir a los amigos. ¡Adoro cocinar! –¿Recuerda algo en especial de aquella primera visita a la Argentina a finales de los 50?

–¡Lógico! Me acuerdo perfectame­nte del teatro Astral donde inicié mi carrera. Y recuerdo también el día en que canté al lado de Astor Piazzolla...

–¿Cómo será su show en la Usina del Arte, otra vez aquí en Buenos Aires? –Va a ser una gran fiesta. Yo creo que a los argentinos les va a gustar mucho. Es un show fuerte en el que la gente se emociona y baila. Estoy acompañada de dos DJ’s y un guitarrist­a. ¿No es una locura?

Ficha

Elza Soares

A Voz é A Máquina Lugar: Usina del Arte (Agustín R. Caffarena 1) Fecha: domingo 8 a las 19

Entrada gratuita

 ?? PATRICIA LINO ?? Cantar para no enloquecer. Soares sigue produciend­o nuevos éxitos: “Deus é mulher” es el álbum que sacará este año.
PATRICIA LINO Cantar para no enloquecer. Soares sigue produciend­o nuevos éxitos: “Deus é mulher” es el álbum que sacará este año.

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