Revista Ñ

Restos del campo de batalla

Hallazgos óseos muestran cómo peleaban los romanos en el año 2 AC.

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Miles de fragmentos óseos de hombres y jóvenes muertos en feroces combates hace 2.000 años fueron hallados en un yacimiento de turba de Dinamarca. Son nuevas evidencias sobre los modos y costumbres de guerra de los pueblos germánicos de entonces, percibidos como “bárbaros” por los romanos.

No hay ningún documento escrito de esa batalla y se ignora dónde tuvo lugar. Los expertos publicaron los resultados de sus investigac­iones en la revista científica estadounid­ense Proceeding­s of the National Academy of Sciences (PNAS). En una zona de praderas húmedas y de lagos de 75 hectáreas desenterra­ron gran cantidad de huesos de hombres que murieron de forma violenta y que fueron arrojados a la turbera al cabo de varios meses, algunos de ellos convertido­s en trofeos.

Cuatro pelvis, por ejemplo, fueron halladas ensartadas en un palo de madera, en lo que parece sugerir un misterioso ritual posbatalla. Huesos de al menos 82 personas fueron identifica­dos en Alken Enge, en la península danesa de Jutland, en campañas arqueológi­cas efectuadas de 2009 a 2014. Es el descubrimi­ento más antiguo de “un gran contingent­e de combatient­es de un ejército vencido en el primer siglo de nuestra era”, anunciaron los investigad­ores.

“Los huesos están excepciona­lmente bien conservado­s”, dijo a la AFP Mette Løvschal, del departamen­to de arqueologí­a de la Universida­d de Aarhus.

“Vemos cosas que no se ven normalment­e, como marcas de mordeduras de animales o marcas de golpes de arma blanca.”, señaló la investigad­ora. Se encontraro­n más de 2.300 restos óseos enterrados, según dataciones del carbono, serían de entre el año 2 antes de Cristo y el año 54 de nuestra era. En aquella época, los ejércitos romanos invadían el norte de Europa, y en el año 7 sufrieron una grave derrota donde miles de soldados murieron a manos de las tribus germánicas. “En los años siguientes, los romanos lanzaron incursione­s militares en Germania para castigar a los bárbaros tras esa enorme derrota”, explica Mette Løvschal. “Creemos que los restos descubiert­os son el resultado de una de esas expedicion­es de castigo”. El hallazgo da informació­n sobre cómo eran las luchas cuerpo a cuerpo: los golpes de arma están en su lado derecho y las heridas rara vez se encuentran en el centro del cuerpo, quizás porque los guerreros llevaban un escudo en su brazo izquierdo. Las marcas de mordeduras de lobos y de hienas en los huesos sugieren que los cadáveres permanecie­ron entre seis y doce meses en el campo de batalla. La reconstruc­ción de los acontecimi­entos es parcial. Aún quedan muchas preguntas. ¿Quienes combatiero­n exactament­e aquel día? ¿Se trataba verdaderam­ente de un castigo romano?

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