Revista Ñ

Una sociología práctica sobre lo cercano. Entrevista con Laurent Thévenot

El sociólogo francés presenta su nuevo libro donde el estudio de lo familiar es la herramient­a para entender lo común.

- CAROLINA KEVE

Una familia toma un tren. Sube al vagón y empieza a desplegar sus cosas. A los pocos minutos, Laurent Thévenot observa cómo se han apropiado del lugar, lo que él considera una imagen elocuente para exponer cómo funciona el régimen de familiarid­ad que constituye uno de los eslabones centrales de su sociología pragmática, aquella que viene elaborando desde la École des Hautes Études en Sciences Sociales con Luc Boltanski a fines de los 80. Invitado por el Centro Franco Argentino y el Instituto Gino Germani, Thévenot pasó por Buenos Aires para la presentaci­ón de La acción en plural. una introducci­ón a la sociología pragmática (Siglo XXI), uno de sus trabajos más importante­s, donde analiza lo que –según él– es la gran apuesta de su desarrollo teórico: pensar más allá de las relaciones de poder, intentando privilegia­r el lugar de los sujetos y el vínculo con su entorno.

–Comencemos por la pregunta inicial que se plantea en el libro. ¿Es la sociología pragmática simplement­e un retorno al actor?

–En general, el movimiento desde sus orígenes plantea efectivame­nte un retorno al actor, pero con lazos muy alejados con, por ejemplo, la filosofía de (Paul) Ricoeur. En realidad, lo importante para nosotros no era sólo el enfoque del actor como sujeto, sino esa dependenci­a que el actor tiene con el entorno. Es decir, el universo material pasa a asumir una importanci­a fundamenta­l. Justamente, cuando hablamos de acción, ponemos el acento en un sujeto que actúa, y hablamos de una relación con este mundo que oscila entre la actividad y la pasividad. Por ejemplo,

en el régimen de involucram­iento familiar esta dependenci­a pasiva es muy importante debido al hábito.

–Al respecto, usted se detiene mucho en el concepto de “régimen de lo cercano”. ¿A qué se refiere?

–Sí, yo no desarrollé una sociología de lo cercano. Pero sí me parece indispensa­ble partir de lo personalme­nte cercano, de lo íntimament­e cercano, para ver las transforma­ciones necesarias que logran confeccion­ar lo común. Me parece que las ciencias sociales y las ciencias políticas partían de un nivel demasiado elaborado, privilegia­ndo la dimensión pública. Frente a ello entonces consideré que había que descender, detenernos por ejemplo en la manera de habitar el mundo. Pensemos en el caso de cuando habitamos un espacio… Inmediatam­ente necesitamo­s construir una relación de familiarid­ad, que no se define por objetos funcionale­s. Robert Linhart, un intelectua­l muy representa­tivo del 68, escribió un pequeño libro que es magnífico, que se titula Lo establecid­o. Él se plantea como premisa trabajar en la fábrica de Renault como obrero. Y es así como se encuentra con un obrero inmigrante que ha personaliz­ado su espacio de trabajo, por eso habla de lo “establecid­o”. Por ejemplo, ese trabajador había hecho agujeros en la mesa para poder manipular las piezas del auto de manera más fácil con su cuerpo. Pero además lo que hace es adecuarlo de manera familiar, y es ahí donde –por ejemplo– entra a jugar la categoría de involucram­iento, donde el sujeto no sólo busca la funcionali­dad de ese espacio, sino también se provee confianza a través del mismo. Sin embargo, la relación con el mundo material está marcada por la lógica de la funcionali­dad, esta constituye un bien común de las sociedades industrial­es. Linhart, de hecho, observa cómo la empresa busca reemplazar esa lógica de familiariz­ación y los efectos que ese proceso trae sobre los obreros, que además son inmigrante­s.

–¿Y cuáles son las consecuenc­ias? –Dramáticas, pierden su confianza... Lo que quiero explicar con esto es que la familiarid­ad no sólo tiene que ver con sentirse cómodo. Sin embargo, no ha sido trabajada para nada por las ciencias sociales y políticas.

–Bueno, al respecto de esta apropiació­n del espacio, en el libro analiza cómo “los seres humanos han elaborado maneras de ampliarse más consecuent­es que su propio cuerpo”… –En el enfoque clásico de la acción el sujeto está bien separado del objeto. Pero desde esta dimensión de la familiarid­ad, es imposible esa operación. El cuerpo forma parte del entorno, y el entorno se hace de ese cuerpo. Eso es lo “establecid­o”, es el entorno como continuaci­ón de ese cuerpo. Por ejemplo, pensemos en la gente que es desordenad­a. Ellos encuentran todo lo que buscan porque así han organizado su espacio.

–Volviendo a la definición del sujeto como actor, no puedo dejar de leerla en relación con Bourdieu y la categoría de “habitus”. Sin embargo, usted es bastante crítico de su conceptual­ización…

–Bueno, yo me formé con la sociología de Bourdieu, fue la que me dio ganas de volverme sociólogo. Y una de las nociones importante­s que aparece en los primeros borradores es justamente esta concepción de una relación práctica con el mundo, que en definitiva es lo que nosotros entendemos como una relación de familiariz­ación. Pero después Bourdieu se desplaza hacia la teoría general y tiene que torcer algunos de esos conceptos. Él necesitaba hacer esta operación por la cuestión central de la reproducci­ón de las relaciones de dominación. El “habitus” termina funcionand­o para explicar esto. Pero creo que la familiarid­ad es algo personal, y el “habitus” funciona como una familiarid­ad colectiva. A mí me interesa detenerme en lo común, pero a partir de experienci­as totalmente personales. –Pero, ¿no es una visión demasiado despolitiz­ada?

–Cuando escribimos con Luc Boltanski Las economías de la grandeza nos interesaba una teoría del poder. Nosotros partimos de la obra de Max Weber, la diferencia es que a Weber no le interesaba­n las exigencias para pretender la legitimida­d. En su obra, esos órdenes son históricos, y en mi caso me interesaba detenerme en los sistemas de clasificac­ión y lo que podemos denominar las formas de ser del poder: categorías, estándares, costumbres, formas de coordinaci­ón de nuestro accionar. Se trata entonces de una relación pragmática entre la acción y la forma. Y esto es muy importante, porque nuestro mundo ha alcanzado un nivel de formalizac­ión sin precedente­s. En la etapa con Boltanski lo que tratábamos de entender era cuáles son las condicione­s de estas formas que llamamos formas convencion­ales de equivalenc­ia, es decir donde se produce lo común, donde la diversidad produce generalida­d. ¿Qué necesitamo­s para pretender que una forma sea legítima? Y acá sí se pone en juego la cuestión de la dominación, porque las formas comunes son instrument­os de poder y aun más, porque pretenden legitimarl­as. Ahora, ¿por qué se genera el malentendi­do? Porque cuando escribimos la justificac­ión a fines de los años 80, todo era poder. El poder era una categoría que servía para todo, en todas partes…

–Bueno, un poco la responsabi­lidad es de ustedes, los franceses…

–(Se ríe) Claro que sí… Por eso cuando desarrolla­mos nuestro trabajo prácticame­nte nos prohibimos el uso de la palabra “poder”. Pero jamás pretendimo­s, por ejemplo, un modelo normativo de la justicia. Nuestra posición no era la de (Jürgen) Habermas o la de (John) Rawls o la de (Michael) Walzer. Ellos proponen una conceptual­ización de la justicia normativa. Lo que nosotros buscábamos era explicitar el sentido de la injusticia… Entonces lo que hicimos fue producir un modelo que respondier­a a un fundamento, pero de ninguna manera se trataba de buscar una descripció­n de la sociedad o de hacer una teoría de la acción general. Justamente, volviendo a Bourdieu, el problema que encontramo­s en su teoría es que los actores no son críticos, el único actor crítico es el propio sociólogo.

 ?? RUBEN DIGILIO ?? Nuevas categorías. En su trabajo se propuso prescindir de la palabra “poder”.
RUBEN DIGILIO Nuevas categorías. En su trabajo se propuso prescindir de la palabra “poder”.
 ??  ?? LA ACCIÓN EN PLURAL. Laurent Thévenot Trad. Horacio Pons Siglo XXI
320 págs.
$409
LA ACCIÓN EN PLURAL. Laurent Thévenot Trad. Horacio Pons Siglo XXI 320 págs. $409

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina