Revista Ñ

Lecturas: Zárate-Brazo Largo. Poemas de Damián Ríos

- ILUSTRACIÓ­N: DANIEL ROLDÁN

Donde antes había una balsa ahora hay columnas de hormigón gruesas, grises recortadas contra el cielo o los cielos que cambian cada vez que paso y que sostienen los puentes, de ida o vuelta,

Zárate-Brazo Largo se eleva, me elevo, vuelvo, miro y nada vuelve a ser como antes era la balsa como era antes de elevarme y mirar a los costados del puente las columnas de hormigón contra los cielos limpios o nubosos de cada vez que paso sin pisar los puentes mirando los barcos y abajo el río marrón, oscuro, pequeño y las orillas donde antes había enfrente otra orilla ahora hay columnas y una curva suave sobre el Brazo Largo y otra menos suave techando y envolviend­o el Paraná de las Palmas como un codo que empina y es verde y marrón el pensamient­o técnica pura y conmovedor­a que une o separa dos partes no sé dónde estoy o dónde estaba antes cuando había nada o lo contrario del hormigón, un río, la isla, la fila de autos y colectivos se pierde en lo que parece dormido memoria la madre de mi madre se persignaba al pisar suelo entrerrian­o pensaba que todo se iba a arreglar y perdió una parte de su parte de aquel y de este lado el viaje, la isla, los ríos el paisaje, la caminera, los arroyos, cuando paso sin pisar los puentes estoy en otro lado por un rato antes del puente después del puente ni en este ni en aquel sino en otro en la parte de mi parte que llega hasta la cima que también es la cima del puente del tren y desde esa cima se mira para abajo y para arriba, el río y las columnas, los tirantes de acero que sostienen el hormigón quien lo hubiera hecho como se hicieron los puentes que cruzan uno atrás de otro el río que se bifurca y se pierde un poco como perdido está uno en ese lugar mirando sin ver los barcos gigantes que pasan chiquitito­s sobre la correntada y soy un poco eso y lo que está conmigo y lo que no está o está dormido antes de ayer hubo tiempo tormentoso y al día de ayer lo pasamos hablando de la tormenta y Zárate-Brazo Largo estuvo ahí como está hoy y estuvo siempre que tuvo sentido pasar de este al otro lado a buscar, justo, el sentido los puentes son una obra justa ajustada al pensamient­o de estar en otra parte o de inventarse una vida otra y vuelvo a pasar los puentes y pienso en el viaje de los que se piensan con constancia en otro lado al mismo tiempo y como todo tiempo es presente todo tiempo es infinito y tiene el sentido del agua del río que pasa abajo y corta en dos con su caudal un viaje el tiempo es melodía encabalgad­a entre lo que hacemos y lo que hicimos una parte para llegar a otra parte y la ruta de nuevo llega hasta el pie y se empina, suave, y miro el puente y pienso (me lo voy a tomar de a poco), y después voy a descansar la vista soñando que voy por el puente mientras voy por el puente desde la comodidad de un coche cama suspendido en la noche y en el aire, en el ruido del viento a cien metros de altura a cien kilómetros por hora sobre el asfalto que se apoya en el cemento que se apoya en las columnas que se apoyan en el lecho del río que corre en el mismo sentido desde que tengo memoria y desde que mi padre tenía o tiene memoria, si es que la memoria de los padres cabe en la memoria de los hijos la memoria de los hijos no puede avanzar más allá de la memoria de los padres: se paran en ellas para vigilar el pensamient­o que fluye sin cesar y sin ceder a la angustia infinita, al apagón total de no saber por qué se hace lo que se hace y de qué está hecho lo que está hecho, hacer, hacer y hacer hasta que no quede nada y a la nada hacerle un lugar como el que se le hace a los muertos entre tanta vida la vida del pensamient­o que rodea el mundo para pensar otra vez en la nada, como quien piensa en la vida que hay en el gesto de besar la frente muerta de su padre y obtener un frío inaceptabl­e en los labios que se impone al mundo entero y le saca el sinsentido que tenía, allá vamos: lo que estuvo, lo que está y lo que no está y lo que pueden cada uno de esos modos, sol de cada mañana que salís de atrás de los edificios iluminás violentame­nte los departamen­tos de enfrente, sol chiquito que iluminás los puentes gigantes desde que alguien los imaginó desde antes de la nada cuando se está en la cima lo que estaba ahí no está lo que entonces era no es entonces es otra cosa y no es para siempre me traje una campera, me traje un cepillo y unos papeles y unas fotos que estaban del otro lado del puente lo que estaba ahí era la idea de un padre y esa idea se perdió como se pierden las ideas, de un momento para otro estaba y ahora no está y es para siempre aunque era una idea grandiosa en la que cabía completo y miramos para abajo y para arriba y alrededor y hay una obra que hicieron los hombres, una idea liviana, hermosa, hecha de cemento y pensamient­o, que comunica sin juntar una parte y otra, parte más parte más parte más parte de exactament­e nada.

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