Europa no crea identidad de pertenencia
–¿En qué sentido es diferente el terrorismo islámico en Europa al del resto del mundo?
–Es un terrorismo en el que algunos grupos políticos ideológicamente religiosos se sirven de la identidad religiosa como forma de movilización y de orientación política. Son terroristas para nosotros, pero ellos se consideran sacrificados a la causa del Bien pues oponen el terror con- tra el terror que los países occidentales utilizan bombardeando a sus poblaciones civiles. Es decir: pretenden oponer un terrorismo a otro terrorismo. –Entonces, y en este mismo sentido, ¿qué se está haciendo ‘mal’ en Europa como para ver a algunos de los europeos radicalizados perpetrando actos terroristas de carácter yihadista? –Europa tiene un grave problema de integración identitaria: no crea identidad de pertenencia, sólo está centrada en las luchas por los intereses entre los países que la componen. Y en este sentido, Europa es un fracaso identitario. Los jóvenes que se vuelven terroristas lo hacen por razones muy complejas, imposibles de definir con rigor aquí. Pero es obvio que, por lo menos, estos jóvenes no sienten pertenecer a Europa, es decir, a las naciones en las que viven (a Francia, Alemania, etcétera). Experimentan profundamente la oposición entre la cultura europea y el mundo islámico; creen que hay un odio irreductible entre estos dos mundos. Todo eso tiene raíces muy ancladas y hundidas en la noche de los tiempos.
–Teniendo en cuenta que estos atentados son, en cierto sentido, una ‘señal’ de nuestros tiempos, ¿hasta cuándo? ¿Tenemos que normalizarlo en los días o años que vienen? –Vivimos con la corrupción, con las desigualdades, con el racismo; viviremos con el terrorismo. Es decir, con un elemento más de inseguridad, siendo la inseguridad la característica central –fundacional– del mundo (o el caos geopolítico) en que vivimos. No hay nada nuevo. Si queremos cambiar hay que atacar a las causas, por otra parte muy conocidas: falta de integración social, el imperio del mercado sin reglas (la llamada globalización), una ausencia de justicia en las relaciones internacionales (un caso emblemático: la negación de los derechos de los palestinos), el poder de los más poderosos, etc. Es necesario luchar contra los efectos (el terrorismo), pero es imprescindible luchar contra las causas. Sería un buen proyecto para el futuro…