El Cristo comestible: réplicas al sacrilegio
Sobre la torta con forma de Cristo que el ministro Avogrado aceptó probar, y generó el repudio del cardenal Poli, abordados en un artículo y en “Zona apta para herejías”, de Matilde Sánchez:
El insólito incidente, por el cual la Iglesia sintió agraviado el “espíritu religioso”, me llamó la atención por su centralidad y por su rigidez interpretativa; la que produjo un “profundo dolor” y provocó un “vehemente rechazo” por parte del Cardenal Poli y 15 mil personas. Para el lector desinformado: se trata de una torta con la forma de un Cristo, más parecido al Gauchito Gil que a nuestro Salvador, y el Ministro de Cultura de la ciudad que comió un pedazo. Como creyente, bautizado y confirmado se me ocurre preguntar a esos 15 mil ciudadanos: Si la torta hubiese sido la imagen del General San Martín, la bandera o la escarapela, ¿cuál hubiera sido la reacción? Seguramente ninguna. Lo que me hace sospechar de que tan encendida indignación es más propia de un Estado teocrático que democrático. “Pidiendo un juicio justo y público al Ministro”, pidamos la hoguera en la plaza también. Nuestros próceres de mayo rompieron las cadenas militares, políticas y económicas con España. Pero tengo mis dudas de que todavía no seamos tributarios bastante ciegos del Imperio Romano, Católico y Apostólico. José María Insausti
No pude sentir otra cosa que enojo y pena al leer la nota. Cómo avanzó el mundo y cómo nos acomodamos a esta realidad de querer ser progres y terminamos siendo ofensivos con la fe, con lo sagrado para muchas personas. Eso lograron conmigo y millones de argentinos católicos, muchos millones de cristianos evangélicos. Lo que hicieron los artistas tampoco se basa en el respeto a lo sagrado, pero ser ministro de un gobierno y sumarse a ese acto tan blasfemo para nosotros los creyentes es un agravante. Y ser periodista y publicar un artículo que no sea justo con el respeto al culto y la fe de gran parte de la sociedad también es penoso, ofensivo y sobretodo expresa los valores y principios del autor. Es momento de que pensemos como sociedad y como profesionales si nuestras acciones son acciones de bien, de respeto, acciones de valores. La posibilidad de escribir y publicar lo que les dé la gana no los habilita a sumar más falta de respeto, más burla, más agresión a mi Dios. Todos vinimos de un mismo modo y todos terminaremos del mismo modo y ahí se verá la verdad, sin engaños. Que no lastime sus ojos.
Claudia Córdoba
Buenisima la nota. Los curas pedófilos viven como reyes en suntuosos palacios donde comen y chupan como descosidos y este muchacho Poli se ocupa de pavadas.
Juan Carlos Forlino Tiene razón el artículo: “hecha la torta, todo empleo es un sacrilegio”. Para conocer lo que significa el Cuerpo de Cristo pueden acompañarnos cualquiera de estos domingos en la Iglesia San Juan Bosco de Villa La Cárcova, José León Suárez, donde oficia misa el Padre José María Di Paola (el Padre Pepe). Allí podrán compartir con nosotros ese Cuerpo de Cristo, o sólo acompañarnos y poder apreciar lo que realmente es algo “bien nuestro”, con Gauchito Gil y todo. La nota, comentando que tanto el Ministro de Cultura como el Jefe de Gobierno se vieron obligados a lo que llaman una “expiación”, se pregunta: “¿qué infierno les espera a los artistas por haberlo horneado, cubierto de glasé y cortado en porciones?”. Pese a que pueda no interesar, le expresé mi opinión al Ministro de Cultura en un mensaje. (N. de la R: sigue un fragmento) “Me sorprendió su presencia en tan ‘simpático’ acto, porque tenía de usted otra opinión, presencia que seguramente se haya debido a falta de información”. No quiero dejar de ponderar la calidad literaria del artículo, terminado con ese hermoso párrafo en que nos recuerda dónde empieza un cuerpo sagrado. Notable. Pluscuamperfecto.
Héctor Manuel Iglesias