Editora y agente literaria española (1939 - 2015)
No tengo ninguna objeción a que cada escritor cuelgue los textos donde quiera, sea Internet o en el balcón de su casa; lo único que determina si un escritor es bueno o no, son sus lectores. ¿Que nos llama la atención lo que ha escrito? No abandonar la confirmación de ese talento.
Los premios literarios y las entidades que los convocan no son corruptos. Los premios literarios manifiestan intereses desde el primer momento, que el convocante no esconde. Señor Fink: escriba lo que le dicte su vocación y mírelo con lupa antes de enviarlo a nadie.
Un escritor no puede vivir sin lectores: le basta uno.
A mí esa palabra, lo del Boom latinoamericano, no me gusta. No quiere decir nada. Pero es cierto que fue un hecho maravilloso que casi todos esos autores pasaran y se quedaran en Barcelona. Al menos un tiempo. Nunca se repetirá algo como aquello. Pasarán muchas cosas en la literatura (y espero estar para ver algunas de ellas), pero como esa generación, jamás. Fue lo más fresco, innovador y regenerador que hemos tenido.
La intuición es fundamental. Pero si de lo que hablamos es de cómo encontrar escritores debo decir que yo no he descubierto a nadie. Son los otros los que me han descubierto a mí.
Con la muerte el Jueves Santo del escritor colombiano Gabriel García Márquez ha nacido una nueva religión: ‘El Gabismo’.