¿Quién mató al lector de ficción?
En la competencia con las pantallas de toda clase, la novela sale perdiendo. Polemiza Howard Jacobson.
Acerca de la competencia entre pantallas y libros.
Ante el desplome en las ventas de ficción, el escritor británico Howard Jacobson –uno de los últimos ganadores del premio Booker– declaró que la novela no ha muerto: el problema es el lector moderno, sostiene, que aparentemente carece del período de atención necesario para disfrutar del desafío intelectual de la lectura.
En un discurso, que se transmitió en el programa Free Thinking de la radio de la BBC, Jacobson lamentó las distracciones que enfrenta el lector de hoy y la decadencia de la crítica profunda que llegó en su momento de la mano de los medios gráficos.
Jacobson dijo que vencen “las infinitas distracciones de la pantalla saltarina, tan engañosamente seductora en comparación con la quietud monacal de la página, cuyas marcas negras uno no puede ni desplazar ni borrar. El brutalismo de esos medios de expresión que la poco irónica internet ha puesto a nuestra disposición: nuestra cultura del pulgar hacia arriba o pulgar hacia abajo en la que todo se olvida, el discurso queda reducido a una declaración, el lenguaje dramático es inconcebible, las palabras no denotan nada sino lo que está en nuestra mente, los escritores sólo valen según el lado del que estén y el significado es lo que tenemos intención de significar”. Y añadió: “decir que leer más detenidamente se parece al estudio no es ser un aguafiestas: la concentración y el disfrute no son opuestos. Es raro que, cuando todo el mundo corre maratones y transpira por el placer de hacerlo, se considere que trabajar con esfuerzo una novela equivale a quitarle la diversión”.
Después de pronunciar su alocución en el festival Man Booker en el Southbank Center de Londres, Jacobson le comentó al público: “Creo que la novela goza de bastante buena salud. Creo que se están escribiendo algunas novelas magníficas. Me resulta desconcertante que las novelas vendan cada vez menos ejemplares que antes salvo que uno escriba cuentos para niños o historias de misterio… La novela goza de buena salud. El problema es el lector”.
Si bien reconoció no tener solución para la caída de las ventas de ficción, que está en declive constante en el Reino Unido desde 2011, Jacobson dijo que la relación entre los lectores y los libros tenía que cambiar, no el tipo de libros que se escriben. “El número de lectores de literatura seria se está reduciendo”, señaló. “¿Qué hará que eso cambie? ¿La gente dejará de estar enamorada de la pantalla? ¿Con el tiempo nos hartaremos de eso? ¿Recuperaremos nuestro poder de concentración? Hasta que la gente no se desenamore de la pantalla, no sé qué la volverá a llevar a la escritura”, declaró.
Al responder la pregunta de un miembro del público que dijo sentirse presionado por los editores para escribir “un libro apasionante”, Jacobson dijo: “Dígales que se vayan al diablo. Usted describe la situación trágica en que nos encontramos. Cuando alguien me dice que no podía dejar una de mis novelas, siento que no la leyó, que no leyó lo que hice. Si ustedes me leen, van a querer dejarme… Lo que usted acaba de decir resume el problema de este momento”.
Finalmente, Jacobson concluyó: “Es tan profundamente insultante para los lectores que esto sea todo lo que quieren hacer. Este es el desafío: ¿cómo educamos al lector para que no quiera quererlo? Nunca entendí por qué alguien quiere leer esos libros. ¿Quién cometió el asesinato en una novela? ¿A quién diablos le importa?”.