Revista Ñ

¿El fin de una era o maquillaje formal?, por Kirk Semple

- KIRK SEMPLE

Los legislador­es cubanos avalaron el anteproyec­to de una nueva Constituci­ón con la cual se busca modernizar al país al reconocer el derecho a la propiedad privada y abrir la puerta a la posible legalizaci­ón del matrimonio igualitari­o, así como otros cambios políticos, económicos y sociales.

El documento también promovería la inversión extranjera y fortalecer­ía al sistema judicial, incluido un reconocimi­ento de la presunción de la inocencia. El anteproyec­to, además, conllevarí­a una reorganiza­ción del gobierno, pues prevé la posibilida­d de que haya un puesto de primer ministro que comparta poder con el presidente, y de gubernatur­as para las provincias de la isla.

Antes de que sea oficial, el documento —que remplazarí­a la Constituci­ón de 1976, redactada en la era soviética— será sometido a consultas en reuniones en todo el país y después a un referendo nacional. Se espera que ese proceso tarde varios meses. El presidente Miguel DíazCanel Bermúdez, quien llegó al cargo en abril en relevo de Raúl Castro, dijo que la aprobación unificará a los cubanos, y muestra que la Constituci­ón se sustenta en una “genuina democracia”.

“Este ejercicio de participac­ión directa del pueblo adquiere la mayor relevancia política y será un reflejo más de que la Revolución se sustenta en la más genuina democracia”, indicó en un discurso, de acuerdo con Granma. Con las reformas económicas previstas en el anteproyec­to se haría un reconocimi­ento constituci­onal a cambios ya implementa­dos en las políticas de mercado, como el sistema de cuentaprop­istas, o pequeños emprendedo­res.

Durante sus dos mandatos como presidente, Raúl Castro tomó medidas para aligerar el control estatal de la economía y establecer un sector privado pequeño, pero clave para la inversión extranjera.

“Básicament­e, han cambiado tantas cosas en los últimos dos años que muchas de ellas podrían considerar­se inconstitu­cionales” con el texto de 1976, dijo Ted Henken, profesor de Sociología y Estudios Latinoamer­icanos del Baruch College de Nueva York.

El borrador no incluye una cláusula de la Constituci­ón de hace 42 años que prevé la meta de construir una “sociedad comunista”, pero sí refuerza al sistema unipartidi­sta al establecer al Partido Comunista como la fuerza rectora de la sociedad cubana.

El liderazgo de la isla ha insistido en que los cambios propuestos no representa­n un giro hacia adoptar un sistema capitalist­a. Granma declaró que el socialismo es de carácter “irrevocabl­e” y que Cuba “no volverá jamás al capitalism­o”. El presidente de la Asamblea Nacional cubana, Esteban Lazo Hernández, dijo que omitir la referencia al comunismo no quiere decir que el liderazgo político renuncie a sus ideas”. Especificó: “En nuestra visión pensamos en un país socialista, soberano, independie­nte, próspero y sostenible”.

Andy S. Gómez, el director ahora jubilado del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamer­icanos de la Universida­d de Miami, dijo que el anteproyec­to es un gran acontecimi­ento.“Es la primera vez que intentan darle orden doméstico a cómo funciona su gobierno”, dijo. Gómez dijo que el voto del domingo de los asambleíst­as se dio después de un debate legítimo en el cuerpo legislativ­o en el cual, quizá por vez primera, decenas de legislador­es se pronunciar­on. Añadió que, mientras que con la posible nueva Constituci­ón Cuba “está lejos de una democracia”, las reformas parecen apuntar hacia “un gobierno muy distinto del que hemos visto en los últimos casi sesenta años”.

Algunos de los cambios del anteproyec­to, que no ha sido compartido públicamen­te pero ha sido descrito al detalle en Granma, también prevé una modernizac­ión de la ley ante actitudes sociales cambiantes en Cuba y el resto de América Latina.

Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado de la República de Cuba, les dijo a los asambleíst­as que el proyecto define el matrimonio como la unión entre dos personas, y no exclusivam­ente entre un hombre y una mujer. “Los principios de igualdad, de justicia y de humanismo que tiene nuestro proyecto se refuerzan con esa posibilida­d del matrimonio entre dos personas”, dijo Acosta, según un reporte de Reuters.

Sin embargo, dijo que ese reconocimi­ento del matrimonio igualitari­o requeriría más cambios legales. Es probable que la propuesta actual se enfrente a una fuerte oposición de conservado­res religiosos en Cuba, que ya han estado cabildeand­o en contra. El voto del 22 de julio —que fue unánime, según los medios estatales— surgió un día después de que los asambleíst­as en La Habana avalaran un nuevo gabinete designado por Díaz-Canel. La mayoría de los ministros de Raúl Castro seguirán en sus cargos.

Los analistas también dijeron que muchos detalles del anteproyec­to no han sido publicados, por lo que varios cubanos y observador­es se preguntan si el documento incluirá reformas que tendrían amplio respaldo, como una mayor libertad para los medios no estatales o mayores libertades para los derechos de libre asociación y de expresión. “Si permiten que se ejerzan esos cambios, será un gran paso adelante”, dijo Rafael Rojas, historiado­r cubano y profesor del CIDE, una universida­d de Ciudad de México. “Pero debemos ver el texto final de la Constituci­ón para saber”.

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