Pop barroco de pelo largo. Perfil de Julia Holter, compositora de la banda de sonido de El cuento de la criada
Julia Holter empezó haciendo música “académica” y rozó la masividad con el soundtrack de “El cuento de la criada”.
Afalta de mejor opción, se ha creado un sub-género específico para la música de Julia Holter (Milwaukee, 1984): el recherché; pop teñido de barroco hecho por californianas pelilargas. La ubicación, al menos, es verificable: Holter vive en Los Ángeles desde niña, cuando se mudó con sus padres, ambos historiadores y amantes de la música. Julia, que había estudiado composición en la Universidad de Michigan, obtuvo un segundo grado por la prestigiosa CalArts, adonde llegó tras oír al músico avant-garde Michael Pisaro. Allí conoció la única escena a la que realmente pertenece, la de los egresados de la CalArts, que comparte con otros inclasificables como Ariel Pink, Jessica Prat, Joanna Newsom y John Maus.
Aunque empezó grabando sus discos en su dormitorio, las referencias eruditas de sus canciones y álbumes la envolvieron en un aura académica. Su ópera prima, Tragedy (2011), estuvo inspirada en Hipólito de Eurípides. Ekstasis, de 2012, empezaba con “Marienbad”, un enlace directo al clásico de Alain Resnais, L’année dernière à Marienbad, y seguía con referencias a Frank O’Hara, Anne Carson y Virginia Woolf. En Loud City Song (2013), la inspiración era Gigi, el musical de Vincente Minnelli. Sus discos eran atractivos pero un poco difíciles, y alguien se apuró a definirlos como “pop-clásico cerebral”.
Ya hay un breve anecdotario de su método. Como alumna de CalArts, musicalizó un libro de cocina; en 2015 Martin Scorsese le encargó la música de una película sobre el boxeador Vinny Pazienza; en 2016 acompañó a su padre en un disco con canciones de Woody Guthrie y actuó y musicalizó una comedia indie sobre un gato que habla (Chatty Catties, de Pablo Valencia); y en 2017 creó un acompañamiento para La passion de Jeanne d’Arc (Carl Dreyer, 1928). Su versatilidad la ha llevado a tocar en templos de la electrónica, o con orquestas sinfónicas, y a colaborar con Linda Perhacs o Jean-Michel Jarre. Pero nada la saca del centro de su universo: “Me encanta estar sola en mi desorden, tocando cosas en los teclados, jugando con las ideas”. También disfruta grabar y mezclar, pero con sus condiciones: “Me gusta todo lo que tiene que ver con el estudio menos el estudio en sí mismo. Esa sensación de tener que entrar con todo muy claro, sabiendo exactamente lo que vas a hacer y cómo. Así que el software que me permite trabajar en casa es muy liberador. No es que lo haga todo en una semana, es exactamente lo contrario, lo grabo una y otra vez, pero sin presión”. De ahí salió In The Same Room (2017), que llegó al gran público como soundtrack de la nueva temporada de The Handmaid’s Tale.
Pero fue Have You In My Wilderness el disco que puso su nombre sobre la superficie. Mojo y Uncut lo alabaron, mientras que The Guardian Q y Wire lo pusieron entre lo mejor del año. El álbum está compuesto por una serie de canciones que no tienen relación entre sí, pero que abordan un sistema de problemas común. En palabras de Holter, son “sobre dinámicas entre las personas, cuando hay una persona escapando y otra persiguiéndola, de cómo eso sucede en un montón de formas, no solo en las relaciones amorosas”.
Have You In My Wilderness es una colección de baladas de una belleza sofisticada y etérea, con arreglos de cuerda que van de lo suntuoso a lo delicado, y en las cuales Holter adopta la voz de distintos personajes atribulados y ansiosos. Holter asegura que se trató de reunir un grupo de canciones, simplemente. Pero con el tiempo se dio cuenta de que hay una sustancia común. Un tiempo después de editar el disco, Holter se distanció de su pareja Matt Mondanile, frontman de Real Estate, quien más tarde fue acusado de maltrato por otras mujeres. Cuando se conoció la noticia, en 2017, Holter recuperó episodios violentos de Mondanile y escribió una carta abierta donde decía que él había sido “emocionalmente abusivo” y que llegó a “temer” por su vida. El 25 de octubre pasado escribió: “Estos reportes me ayudaron a entender. Cuando estás en eso, te cuestionás tu realidad y te preguntás si estás inventando o si estás haciendo un gran problema de la nada. Ayuda cuando otras validan el hecho de que no estabas errada”.