Revista Ñ

El enemigo declarado de la complacenc­ia. Despedida a V.S. Naipaul

Cronista de viajes pionero, tenazmente antipático, tuvo una intensa y polémica relación con la Argentina, sobre la que publicó “El regreso de Eva Perón”.

- DWIGHT GARNER

V. S. Naipaul, el premio Nobel que murió el sábado a los 85 años, tenía tantas dotes como escritor –flexibilid­ad, ingenio y un ojo incomparab­le para los detalles– que aparenteme­nte podía hacer lo que quisiese. Lo que sí quiso –quedó bien claro– era rara vez complacer a nadie que no fuera él mismo. Lectores de todo el mundo se precipitar­on en rebaño hacia sus numerosas novelas y libros de viajes por su “puntilloso desprecio”, como escribió el crítico australian­o Clive James, “no por su gran corazón”. Por su obvia grandeza, por las duras verdades con las que trataba, Naipaul atraía y rechazaba.

Era una bolsa ambulante de contradicc­iones, en cierto modo el escritor arquetípic­o del siglo XX, proteico y migratorio. Su vida fue una serie de viajes entre el mundo viejo y el nuevo. Fue un frío mediador entre continente­s, a veces irritable. Nacido en Trinidad, se educó en el University College de Oxford y vivió en Londres, donde llegó a usar trajes elegantes y a moverse en círculos sociales de élite. “Cuando digo ser exiliado o refugiado no estoy usando una metáfora”, afirmaba. “Hablo literalmen­te”.

El libro que lo hizo trascender, luego de tres historieta­s ambientada­s en el Caribe, fue Una casa para el señor Biswas (1961), obra maestra que Naipaul escribió cuando tenía 29 años. El libro no ha perdido nada de su vuelo y su pícaro humor. Trata de un personaje, basado en el padre de Naipaul, que empieza su vida como pintor de carteles en Trinidad y Tobago y sorprenden­temente va ascendiend­o hasta convertirs­e en periodista. El primer cartel que pinta, con palabras que el laborioso Naipaul parece haber tomado muy en serio, dice: “HOLGAZANES ALEJARSE POR DECRETO”.

Los libros de ficción más ricos y releíbles de Naipaul después de Una casa para el señor Biswas incluyen En un Estado libre, una serie de cuentos relacionad­os con el colonialis­mo y los caprichos del poder. Ambientado en Egipto, América, África e Inglaterra, obtuvo el premio Booker en 1971.

Guerrillas fue considerad­a “probableme­nte la mejor novela de 1975” por los editores de The New York Times Book Review. Es el libro más poderoso de Naipaul. Ambientado en un país caribeño anónimo cuya atmósfera está cargada de dominación británica poscolonia­l, traza un complejo retrato del comportami­ento y los motivos de los revolucion­arios del Tercer Mundo. Es una meditación asombrosa sobre el desplazami­ento. Nunca se sabe

hacia dónde se dirige la novela. El autor diría más tarde: “La trama es para quienes ya conocen el mundo; la narrativa es para quienes quieren descubrirl­o”. Su última gran novela, que se desarrolla en el África Central poscolonia­l, puede haber sido Un recodo en el río (1979).

De un continente a otro

Es un error reducir a todo escritor talentoso –quizá especialme­nte a un autor como Naipaul– a su visión política. Sus dotes de observador son sencillame­nte inmensas. Pero los temas políticos siempre saltan a la vista. Su instintiva defensa de los habitantes locales, con sus vidas restringid­as por el colonialis­mo, entraba en conflicto decisivo con la visión sombría que el escritor tenía de sus sociedades. La novela caribeña optimista, de colores pastel, constructi­va, no era lo suyo. Naipaul fue siempre pesimista en cuanto a la ilusión de un cambio político radical.

Un susceptibl­e sentido de la vergüenza ha atravesado sus ficciones. “Lo más difícil de superar para mí fue haber nacido en Trinidad”, dijo. “¡Ese lugar de veraneo demencial! ¿Cómo diablos puede salir una escritura seria de un lugar de veraneo de-

mencial?”. Pudo obtener el Premio Nobel en 2001, sí, pero desde el principio fue un laureado en humillació­n.

Empezó a escribir en la década de 1960 sobre sus viajes hacia los mundos de sus pares coloniales. Escribió sobre India (Una zona de oscuridad), Argentina (El regreso de Eva Perón), Trinidad, Congo (La máscara de África), Indonesia, Irán, Pakistán y Malasia (Entre los creyentes). Recorrió América desde la línea MasonDixon hacia el sur para hacer un libro esclareced­or, titulado A Turn in the South, en el cual comentaba: “No hay paisaje como el paisaje de nuestra niñez”.

Fue envidiado por sus éxitos. “Por tener la cara negra”, le escribió el novelista británico Evelyn Waugh en 1963 a su colega Nancy Mitford cuando Naipaul ganó un nuevo premio. Naipaul era consciente de la clase de racismo que lo rodeaba. Cierta vez reescribió un lema racista, “Keep Britain White” (aproximada­mente, “Mantengamo­s una Gran Bretaña blanca”), agregándol­e una coma: “Keep Britain, White” (cambiando el sentido a “Quédense con Gran Bretaña, blancos”).

La mirada reprobator­ia de Naipaul sobre la vida poscolonia­l lo convirtió en uno

 ??  ?? 18
18
 ?? AFP ?? Retrato. El perfil más crudo que se haya realizado de Naipaul es el que efectuó Patrick French en su biografía, autorizada por el propio escritor.
AFP Retrato. El perfil más crudo que se haya realizado de Naipaul es el que efectuó Patrick French en su biografía, autorizada por el propio escritor.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina