Bovarismo para los tiempos modernos. Sobre La vida extraordinaria, nueva obra de Mariano Tenconi Blanco
“La vida extraordinaria”, la nueva obra de Mariano Tenconi Blanco, aborda a dos mujeres que a través de la literatura cambian su realidad.
Un melodrama sobre la amistad. Una obra que incluye el origen del universo y el fin del mundo. Dos mujeres con vidas previsibles, pero que encuentran en la literatura la posibilidad de cambiar su realidad. La vida extraordinaria es el nuevo espectáculo escrito y dirigido por Mariano Tenconi Blanco, que se estrenó en la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes. Una historia que sucede entre Buenos Aires y Ushuaia, que transita con actuaciones poderosas el desamor, el humor y una frágil melancolía, y que exprime los recursos del teatro para intentar contarlo todo y demostrar, al mismo tiempo, que no hay nada más fugaz que la existencia.
Mariano Tenconi Blanco sostiene que el teatro que le gusta ver y hacer debe combinar dos factores: preciosismo literario y actuaciones intensas y amplias de recursos, que hagan explotar la obra en mil pedazos. La vida extraordinaria es un buen ejemplo de esta fórmula. El texto es una profunda investigación por parte del autor de los géneros que puede abarcar el teatro: en la misma pieza conviven relatos, cartas, diarios, poesías y diálogos, que tensan los límites entre literatura y texto dramático. Además, hay permanentes intertextualidades a los grandes escritores argentinos. En citas directas o referencias más sutiles aparecen Borges, Pizarnik, Arlt, Storni y Piglia, entre otros. Además, las dos protagonistas de esta historia son las amigas Aurora Cruz y Blanca Fierro, un homenaje a la amistad fundacional de la literatura argentina entre Cruz y Fierro, que selló José Hernández.
“Me gusta muchísimo leer, puedo decir que es lo que más me gusta. Entonces, como dice Cesar Aira, los escritores escribimos para que nos dejen leer tranquilos. Cuando uno es adulto, no puede pasarse la vida leyendo, tiene que salir a trabajar de algo, entonces se inventa que es escritor para que la gente diga: “Ah bueno, está trabajando”. Entonces todos los proyectos de escritura son hipótesis de lectura. Me invento un proyecto de escritura en base a lo que tengo ganas de leer, es una forma de sistematizar mis lecturas, organizarlas”, dice el autor de otras obras reconocidas como La fiera (2014) y Todo tendría sentido si no existiera la muerte (2017).
Pero la propuesta no descansa sólo en el trabajo sobre el texto. La vida extraordinaria cuenta con las actuaciones de Valeria Lois y Lorena Vega, dos intérpretes que llevan al extremo cada situación que exige la obra: reírse de ellas mismas y de las contradicciones de su deseo, afrontar la muerte, atravesar el desamor, hundirse en el vacío. Todo, lo interpretan con la emocionalidad contenida, siempre a punto de explotar y con una gran conexión con el público. Además, la obra se representa en una de las salas más íntimas del Cervantes, con los espectadores bien cerca de la escena, como una forma de interpelar aún de manera más directa a quienes observan cómo pasa el tiempo entre la vida de estas dos amigas.
La vida extraordinaria tiene, además, desde su estética, una íntima relación con el cine clásico, y se apoya en proyecciones en blanco y negro con primeros planos de las actrices, música en vivo que intensifica y contribuye a la creación de este universo y uno de los trabajos más sutiles y creativos de Matías Sendón en la iluminación, que llena de colores la puesta, para enmarcar estados anímicos, paisajes del frío y hasta el devenir del relato fantástico, que también forma pate de la obra.
La hipótesis que sostiene todo el relato de esta obra es que la ficción puede transformar cualquier vida. Dice su autor: “Mi obra no es muy biográfica, pero puedo entender perfectamente a la gente que dice que la literatura le salva la vida. Eso es algo que comparto desde lo profundo de mi corazón. En eso soy Aurora y soy Blanca. La literatura es la posibilidad de construir un mundo otro, con otras normas y lo que les pasa a esos personajes se parece a nuestras propias vidas, pero no lo es. El que es muy lector entiende de ese silencio único de pasarse horas con un libro, habitando una especie de realidad paralela”.