En burla de los nuevos rituales
Como sucede con las creencias –el Slow Food es una filosofía y por lo tanto, corre el riesgo de volverse obsesión–, estas crean sus anticuerpos de humor. En el canal Documentary Now! se puede ver Juan likes Rice & chicken, del realizador Alex Buono, que satiriza la serie Chef ’s Table de David Gelb y la onda de hedonismo extremo vinculada a la gastronomía actual. Cuenta –como si se tratara de un sitio real– la historia de un restaurant excelso a 130 km de Bogotá, en plena selva, inaccesible y sobrevendido, donde se prepara el mejor arroz con pollo del mundo. Su maestría no reside en la receta sino en los ritos absurdos que rodean la provisión de tres ingredientes. Así, a la manera del recolector Juan Valdés, que elegía cada grano de café, Juan selecciona cada grano de arroz; luego de dictar sentencia a sus pollos cada mañana, procede al sacrificio seguido de un masaje manual. Quien no participe de esta liturgia difícilmente apreciará la excelencia del plato, idéntico a través de los años.
En la misma vena, un capítulo de Portlandia, serie de culto que pinta la vida en el estado de Oregón, en los EE.UU., retrata las exageraciones y snobismos del Slow Food, cuando la pareja sentada a la mesa pregunta a la moza: “¿El pollo es local?”. Transportados en su interés biográfico, los comensales se levantan antes de ordenar su plato y se dirigen a la granja para conocer cada detalle de la infancia del ave, antes de que le retorcieran el pescuezo.