Twitter y el arte de contar historias ínfimas
Bajo el nombre de “tuitliteratura”, creativos españoles proponen nuevos modos de narrar y generan ficciones de gran repercusión.
Descubrí a Nela García cuando tenía cerca de 3000 seguidores en Twitter. En el mensaje que habían retuiteado varias personas a quienes sigo, contaba que había encontrado un móvil por la calle, cuya pantalla reproducía la selfie de una chica muerta. Después comenzaba un hilo en que el texto se iba combinando con las fotos, los pantallazos o los videos para sumergirte en una historia de hackers llena de misterio y acción.
En su perfil se definía así: “Hija de mi madre. Programadora de día, gamer por las noches. The cake is a lie”. La clave estaba en la expresión y los emoticonos finales, que remiten al mundo de los videojuegos: la torta de mentira es la zanahoria que te empuja a seguir adelante en la resolución del enigma. La programadora y gamer Nela –supimos cuando acabó el relato el 26 de agosto y se descubrió el pastel– en realidad era “hija” de los narradores Manuel Bartual y Modesto García. En las imágenes habíamos visto a una actriz, la protagonista de #RedMonkey, la novela multimedia que acabábamos de leer. “¿Cómo lo definirían?”, les pregunto a ambos por teléfono. “Nos gusta llamarlo tuitliteratura– responde Bartual– el hilo es su formato, su género”.
Twitter introdujo la opción de crear hilos el 12 de diciembre del año pasado. La opción de publicar varios tuits a la vez, para construir un largo texto secuencial. La empresa respondía a la demanda de los miles de usuarios que durante el año anterior ya habían empezado a usar la posibilidad de encadenar tuits gracias a la respuesta. Así fue como Bartual y Adam Ellis inventaron, en agosto del año pasado, y con solo dos se- manas de diferencia, una nueva forma de contar cuentos. Ambos vienen del mundo de los cómics; ambos apostaron por una historia de fantasmas y vieron cómo se volvía loco el contador de seguidores de sus cuentas. El relato “Dear David” provocó que Ellis ahora tenga un millón de lectores. Bartual llegó a los 450.000 durante aquellos días de vértigo con “El otro Manuel”. “Es curioso que funcionen tan bien las historias de fantasía y misterio, cuando precisamente se busca hacer creer que el usuario-narrador está presentando un suceso real”, observa Daniel Escandell-Montiel, profesor de la Manchester Metropolitan University.
Si “El otro Manuel” tiene la frescura de la propuesta pionera, que sorprende por su extraordinaria repercusión, la nueva obra exprime las herramientas que pone al servicio narrador la plataforma tecnológica, cuando los pokemon go y los cuartos de escape y misterio han ocupado el espacio que une o separa la imaginación mental de la acción física. Nela pedía a sus lectores, en cierto momento, que fueran a un parque y le enviaran una foto que ella no podía realizar. Otro objetivo del relato con lógica de juego de pistas era descifrar el código que permitía visualizar un vídeo de Vimeo.
El impacto ha sido altísimo precisamente gracias a un doble desplazamiento en la autoría. Por un lado, hacia esa narradora ficcional que sale de la nada pero tiene un pasado rastreable. Por el otro, hacia un creador bicéfalo. Después de lanzar con Twitter y un equipo de veinte personas un “Cuento de Navidad” que tuvo menos repercusión de la esperada (“aunque 27.000 comentarios no están
nada mal”) pero que le permitió experimentar “con las opciones técnicas de Twitter, incluso las que todavía no son públicas”, Bartual se dio cuenta de que “el público interesado en las ficciones que ofrecen las nuevas plataformas esperaba sorpresa, y en mi perfil era más difícil que pudiera generarla”.
En junio fue presidente del jurado del certamen de tuitliteratura de la Feria del Hilo, organizada por Twitter España en paralelo a la Feria del Libro de Madrid. El primer premio en la categoría de ficción lo ganó Nela García. Así se conocieron: gracias al laboratorio en que estaban experimentando. Enseguida comenzaron a trabajar en el proyecto conjunto: “Al principio solos– comenta García– pero al final, por el Photoshop y los efectos especiales y los exteriores, acabamos siendo unas doce personas, con el apoyo de Samsung España”.
“Hemos generado en un año a un lector que ya identifica la ficción con Twitter”, apunta Emilio Pila, director de Estrategia de Marca de Twitter España, gracias a cambios técnicos como la ampliación a 280 caracteres o los hilos. Pone énfasis en que en la plataforma hay lugar para tantos nuevos conceptos de contenido como sus usuarios puedan imaginar. Después de unos primeros años de fragmentación informativa, se ha impuesto el animal narrativo que somos todos los humanos. Aunque Storify cerró en mayo, tanto Facebook como Instagram han hecho de las “historias” sus nuevos centros de atención. Los hilos son su equivalente en Twitter. En plena paranoia de las noticias falsas y la desinformación sistemática, es decir, de la ficción disfrazada de verdad, unos cuantos escritores se han propuesto inocular en las venas del sistema ficción verdadera.