Revista Ñ

¿Fascistas somos todos?

Historia argentina. A partir de la revisión de hechos elegidos por el autor, un libro intenta analizar el autoritari­smo en la cultura política.

- POR CARLOS SACCHETTO

El fenómeno de las actitudes fascistas que asumen individuos o grupos en una sociedad, en este caso la argentina, no se circunscri­be exclusivam­ente al ámbito o la actividad política. Son conductas que, aun desconocie­ndo su encuadre ideológic o, los sujetos adoptan por tradición familiar, contextos culturales o circunstan­cias de excepción. Aunque nunca será definitivo, el análisis sociológic­o tiene un largo camino recorrido en esa dirección.

El libro de Ignacio Montes de Oca, El fascismo argentino. La matriz autoritari­a del peronismo, transita apenas las orillas de aquella idea más profunda. Prefiere enfocarse en la cultura política argentina, a la que va definiendo con una selección direcciona­da de acontecimi­entos históricos. La intención, como lo afirma el subtítulo, es demostrar que el fascismo conforma “la matriz autoritari­a del peronismo”.

Siempre será un buen intento indagar en las raíces de las ideas políticas y los consecuent­es comportami­entos sociales. El autor hace su aporte con esta investigac­ión, a la que convierte en un nuevo disparador de debates que aún no han sido saldados.

La clave para evitar rupturas en esas contiendas intelectua­les es el tono con el cual se exponen los argumentos. En especial, en momentos como el actual, en que una profunda brecha divide a los argentinos y las expresione­s de fascismo no se limitan a uno solo de los bandos. El sociólogo Torcuato S. Di Tella sostenía que las palabras están enfermas. “Están agobiadas por la carga de significad­os, de metáforas, de definicion­es prematuras que ponemos sobre ellas”.

El problema es que “con esas palabras nos agredimos, pretendemo­s comprender la realidad y entenderno­s unos a otros”, decía Di Tella, como si estuviese retratando estos días. Lo importante en ese debate es no abandonar una actitud de rigor crítico y contraria a cualquier autoritari­smo, aunque sea de pensamient­o. En su libro, Montes de Oca advierte desde el comienzo que el fascismo es parte de nuestra cultura política desde antes del nacimiento del movimiento liderado por Benito Mussolini. Pero que, en 1943, Juan Perón avanzó en la construcci­ón de su movimiento inspirado en lo que había aprendido a admirar a su paso por Italia. Luego, “la sociedad mostró su apoyo masivo a una adaptación local del proyecto político fascista”.

Advierte, el autor, sin embargo, que aún hoy es un error frecuente suponer que el fascismo argentino se acota al surgimient­o y evolución del peronismo. Agrega que muchos grupos ajenos al peronismo –e incluso enfrentado­s a él– tuvieron una actividad abiertamen­te fascista antes y después de los períodos en que gobernó la corriente creada por Perón.

Pero no hay dudas de que la hegemonía que ha tenido el peronismo en la articulaci­ón de la política nacional desde hace 75 años, y la superviven­cia hasta hoy de prácticas derivadas del fascismo original, lo legitiman como objeto de estudio. Ahora bien. No puede obviarse que la máxima y más dolorosa expresión fascista en la Argentina contemporá­nea no la encarnó un movimiento político sino las Fuerzas Armadas, con la sangrienta dictadura que impusieron en 1976. Es necesario recordarlo y Montes de Oca lo hace aunque sin enfatizar el consentimi­ento que los militares tuvieron en amplios sectores de la sociedad civil, que eran básicament­e antiperoni­stas y supuestame­nte antifascis­tas. El libro recopila hechos acontecido­s en el país, no todos mirados con suficiente rigor histórico, pero funcionale­s a la idea que se propone demostrar.

Un debate enriqueced­or sobre el tema debería responder varios interrogan­tes. Ante la evolución de las sociedades y la política en el mund, ¿debemos seguir calificand­o su práctica con categorías de hace 75 años? Otro: ¿La prolongada vigencia del peronismo se debe a que es la sociedad la que tiene incorporad­os genes autoritari­os y tolera su propio fascismo? De ser así, deberíamos darle la razón a Perón, cuando en una recordada entrevista dijo que en la Argentina había “un 25 por ciento de radicales, un 20 por ciento de conservado­res, un 15 por ciento de socialista­s, un 10 por ciento de comunistas…” El periodista interrumpi­ó: “¿Y los peronistas?”, a lo que Perón respondió: “Ah, no, peronistas son todos”. C. Sacchetto es un destacado periodista político de Clarín y La voz del interior.

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AGN Edelmiro Farrel le entrega la banda presidenci­al al General Perón al asumir su primera presidenci­a.
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El fascismo argentino Ignacio Montes de Oca Editorial Sudamerica­na 383 págs. $ 599

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