Complacencia intelectual
A propósito de “Elogio y crisis del cine en el diván” (Ñ #784), sobre la muestra Películas en la mente: En la feria de Bruselas, 6.000 cinéfilos votaron unánimente como “mejor película europea de todos los tiempos”, a Acorazado Pomtenkin... El hecho grita que el cine está estancado gracias al eje rector de teorías y sus teóricos durmiendo la siesta a oscuras con un mismo, apolillado sueño en la cabeza. Einsestein extraía las suyas ensuciándose las manos en la práctica, entendiendo que el cine es un arte de infinitas posibilidades expresivas, lo contario a esta serie de refritos a adornar con la seductora retórica que mantiene de cabeza en el pantano al realizador que intente asomar con ideas verdaderamente nuevas, desprejuiciadas, suyas. Maniatar un arte desde el abuso teórico, decodificarlo al punto de estandarizar la libertad de sus impulsos inconscientes individuales, nos ha sumido en esta complacencia intelectual clonada, inerte, especulativamente táctica.