Orwell y La sirenita, prohibidos en Kuwait
Censura. Un país que en teoría es el que permitía mayores libertades en el golfo Pérsico, ahora sorprende con una oleada conservadora.
Al parecer, ningún libro es demasiado importante o demasiado insignificante como para que no sea incluido en la lista de libros censurados de Kuwait. Los blancos más recientes de los censores literarios del gobierno incluyen una enciclopedia con una foto del David de Miguel Ángel y una versión de Disney de La sirenita. El David no tenía hoja de higo que lo cubriera, y la sirenita solo tenía puesto medio bikini. “No hay sirenas que usen hiyab”, dijo Shamael Al-Sharikh, una activista kuwaití a favor de los derechos de las mujeres. “Las autoridades consideraron que su atuendo era promiscuo. Es humillante”. A los kuwaitíes les gusta pensar que su país es un enclave de libertad en el conservador golfo Pérsico, un refugio que alguna vez acogió a escritores árabes exiliados. Sin embargo, hoy esa es una imagen difícil de mantener. En respuesta a las exigencias de un creciente bloque conservador en el Parlamento, el gobierno ha decidido prohibir cada vez más libros.
En agosto, las autoridades reconocieron que habían prohibido 4.390 libros desde 2014, cientos de ellos este año; entre ellos hay muchas obras literarias que alguna vez se consideraron intocables, lo cual provocó manifestaciones en las calles y protestas en Internet. A veces, el comité de censores (compuesto por seis lectores de publicaciones en árabe y seis lectores de obras en inglés) que tiene autoridad sobre los libros, perteneciente al Ministerio de Información, da sus razones: la antología Why We Write fue prohibida porque Meredith Maran, su editora, había acusado falsamente a su padre de haber abusado de ella.
Los ganadores de premios no son inmunes; de hecho, parecen ser víctimas frecuentes. Cien años de soledad, de García Márquez, Nobel de Literatura, está prohibido por una escena en la que una esposa ve a su marido desnudo, al igual que Hijos de nuestro barrio, del egipcio Naguib Mahfuz, primer escritor de lengua árabe en ganar el premio Nobel. En efecto, todo el asunto resulta orwelliano, y la novela 1984 de George Orwell también está prohibida, al menos una de sus traducciones al árabe, pues otra sí está permitida. Los lectores kuwaitíes han reaccionado. Algunos publicaron en Twitter y Facebook las fotografías de pilas de libros prohibidos que tienen en las bibliotecas de sus casas. Los autores sugirieron que los servicios extranjeros de entrega en línea podían evadir la prohibición, que aplica en su mayor parte a librerías y editoriales locales. “Ahora los libros se están pareciendo a las drogas”, comentó un activista de un grupo kuwaití anticensura. “Debes conseguirte un traficante de libros prohibidos”.
En septiembre, activistas y escritores se manifestaron contra la prohibición. Kuwait es de los pocos países del golfo que permite manifestaciones, que se controlan de manera estricta. Las protestas no han contado con muchos asistentes, pero cualquier multitud al aire libre debe aguantar temperaturas de casi 40 grados. Con la feria del libro del país —la tercera más grande en el mundo árabe, después de El Cairo y Beirut—, a celebrarse en noviembre, los funcionarios tratan de defenderse. “No hay prohibición de libros en Kuwait”, decía una declaración del Ministerio de Información, “hay un comité de censura que revisa todos los libros”. Un ministro de información adjunto dio más detalles: “En Kuwait, en los últimos cinco años solo se prohibieron 4.300 libros de un total de 208.000. Eso significa que solo el 2% se prohibió, mientras que el 98% se aprobó”. Es un tema delicado porque el Emir de Kuwait ha impulsado a su país para que sea un centro cultural de la región. Aunque el teatro, la danza y la música gozan del patrocinio real y están exentos de censura, no es así en el caso de los libros.