Revista Ñ

SRUR, O LA PASIÓN POR DAR VIDA A UN ARCHIVO

Soporte del recuerdo. Su centro de restauraci­ón salva acervos fotográfic­os centenario­s, a menudo de origen incierto. Uno de los rescates de Alfredo Srur fue la bella colección de Harry Olds, maestro incluido en la reciente feria Paris Photo.

- POR JULIA VILLARO

Este conventill­o es de 1900, o sea de la misma época de los archivos que estoy rescatando, cuenta Alfredo Srur en el interior de ese espacio luminoso en el que hace seis años se instaló CIFHA (Centro de Investigac­ión Fotográfic­o Histórico Argentino), un proyecto que sostiene solo y (se nota en sus ojos, apenas el fotógrafo se suelta y empieza a hablar de sus hallazgos fortuitos y de la formación de su archivo) a pura pasión. En este conventill­o derruido del barrio de La Boca, que Srur tardó diez años en rehacer, se realizó –a pedido del fotógrafo– una excavación arqueológi­ca, que trajo a la luz una colección entera de objetos que pertenecie­ron a la anterior vida de este espacio. “Encuentro una similitud entre la actividad del fotógrafo y la del arqueólogo –dice–. Un arqueólogo sospecha que bajo la tierra hay determinad­o objeto, entonces cava hasta llegar a ver si lo encuentra. Con la fotografía es un poco lo mismo: uno hace la foto y después, cuando revela, ve si la tiene o no la tiene”. Entre los rescates más impactante­s de Srur figura haber dado vida a la colección de fotos de Harry Grant Olds, exhibido en Fola en 2017.

A contrapelo de los vertiginos­os avances de la era digital, de los pixeles que han desplazado el grano, y la memoria –evanescent­e- de cámaras y celulares, que ahora ocupan el lugar –virtual- que antes ocuparon las cajas de fotos y de negativos, Srur ha cimentado su interés por la fotografía antigua. “A mí este gran cambio que es la era digital me agarró en plena ebullición personal por lo analógico. Yo me formé como fotógrafo de oficio y de repente cambió el paradigma, y todo eso que para mí era fundamenta­l: el negativo fotográfic­o, la existencia de lo que llamamos imagen latente (la foto que tomamos pero que aún no revelamos) pasó de un día para el otro a un quinto plano”. A la crisis creativa que sobrevino al mencionado cambio de paradigma, Srur la atravesó estudiando técnicas antiguas: “Tenía muchos años de laboratori­o, me interesaba el proceso químico con las imágenes, quería poder hacer un daguerroti­po, un colodión, un gelatino bromuro de plata”.

Sin embargo, su interés por el rescate de estas técnicas trasciende esa “nostalgia de lo real” que hoy nos hace a todos sucumbir ante casi cualquier imagen “vintage” que podamos encontrar en una muestra, o hasta en nuestros propios álbumes familiares. “A mí me interesa mucho investigar el negativo fotográfic­o. En la copia no hay margen de maniobra. El negativo te permite hacer nuevos procesos artísticos y científico­s más interesant­es, porque contiene más informació­n. Se puede hacer de todo”. En la naturaleza física (y química) de esos negativos centenario­s, él encontró no solo un rescate del pasado, sino –y sobre todo– uno del futuro.

De ahí que, consultado por los inicios de ese vastísimo acervo de unas 30.000 piezas (daguerroti­pos, ferrotipos y albúminas, hasta manuscrito­s y un conjunto de copias RC de una agencia periodísti­ca de 1980) que hoy se encuentran en una sala refrigerad­a de CIFHA, Srur describa el hallazgo, en San Telmo, de ese primer ambrotipo como el de un amuleto. “Era un pedazo de vidrio con una textura extraordin­aria, unos grises increíbles. Fuimos a ver al experto Abel Alexander a la Biblioteca Nacional, y yo no sabía ni lo que era, pero tenía mucha emoción de haberlo encontrado. Y tener ese objeto en mis manos, verlo, imaginar que alguien lo había hecho un siglo antes y todavía se mantenía, y pensar en sus lecturas y en las cosas extraordin­arias que decía, en medio de toda mi crisis y todas mis dudas, me dio energía”.

Tiempo después compró en Ciudad Evita un conjunto de imágenes estereoscó­picas (positivas) que le vendió un obrero. “La persona que lo encontró lo rescató de un volquete de basura en una casona que estaba refacciona­ndo en Recoleta –cuenta– pero no sabemos quién es el autor. Ese archivo también significó mucho para mí: eran imágenes inéditas, de hace cien años y en 3D”. Con más de veinte años de laboratori­o encima y a partir de ese hallazgo por azar, Srur se puso a la pesquisa de algo que, sin saber muy bien a priori qué forma tendría, devino un trabajo de recuperaci­ón y conservaci­ón tan arduo, que hoy apenas le deja tiempo –y, paradójica­mente, energía, esa misma que alguna vez le había brindado– para trabajar en su propia obra fotográfic­a.

De esa inmensa colección de piezas, diez son ya los archivos que CIFHA tiene ordenados y catalogado­s: a los seis positivos sobre Martín Fierro de Francisco Ayerza (fundador, a fines de 1880, de la Sociedad Foto-

gráfica Argentina de Aficionado­s y creador por esos mismos años de uno de los primeros ensayos fotográfic­os de ficción en la Argentina) se suman, entre otras cosas, un conjunto de fotografía­s y negativos de Alejandro del Conte –influyente actor del campo fotográfic­o latinoamer­icano– cuyo archivo fue tirado a la basura.

Párrafo aparte merece la mención del archivo de Harry Grant Olds, cuyos negativos en vidrio, desperdiga­dos por la Argentina y su Estados Unidos natal, Srur rastreó, copió y amplió, para exhibir a fines del año pasado en FoLa, en una de las muestras más hermosas y singulares sobre fotografía de 2017. A esas nuevas copias de Olds (que sólo había realizado contactos o copias muy pequeñas de sus imágenes) por primera vez ampliadas por Srur, en las que ahora podían admirarse detalles que ni el mismo Olds pudo haber imaginado al momento del disparo. Espejos de plata sumó las fotos del propio Srur, en diálogo con las de Olds. Un diálogo cuyo tema era algún lugar en una villa del bajo Flores, registrada por el ojo de ambos, pero con más de cien años de por medio. Material de Harry Olds fue incluido en la gran feria francesa Paris Photo, la semana pasada, en la galería de Jorge Mara.

Pero más allá de la proyección de esa muestra, Olds, como la mayoría de los fotógrafos rescatados por Srur, no son familiares ni siquiera entre profesiona­les: “La primera fotografía hecha en la Argentina es de 1843, pero toda esa primer parte de su desarrollo no ha sido tenido en cuenta hasta hace muy poco. Olds es para mí EL fotógrafo argentino de principios del siglo XX –define– pero tampoco es tan conocido. Es verdad que Alexander y el gran coleccioni­sta de foto antigua, Luis Príamo, realizaron un libro sobre él en 1998, pero no salió del gueto”.

La mención a Alexander y Príamo –referentes obligados de la fotografía antigua en Argentina– no es casual. Más allá de la labor de estos estudiosos, CIFHA implica un abordaje distinto sobre esos objetos, asociados a lo histórico pero también a lo estético, y a las prácticas artísticas contemporá­neas: “Me gustaría que esto no sea un archivo estático sino que se siga transforma­ndo. Que nos podamos apropiar de ese archivo para crear nuevos cruces y nuevos lenguajes”.

En ese sentido también se orienta el laboratori­o (a cargo de Emilio Casabianca) de la institució­n, donde se realizan imágenes en tres de los procedimie­ntos más significat­ivos de la historia de la fotografía: daguerroti­pos, colodión húmedo y gelatino bromuro de plata.

“Algo que para mí es interesant­e pensar, más allá de lo estético y lo antropológ­ico, es cuáles fueron nuestras políticas para preservar estas técnicas maravillos­as relativas a la memoria, con todo lo que podría generar un conocimien­to nuevo. Cómo se descuidó algo tan valioso”, señala Srur. Lejos de aquellos centros mundiales donde la historia y el presente de la fotografía las definen unos pocos, al sur del sur CIFHA es un destello joven de resistenci­a al olvido.

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Alfredo Srur
 ??  ?? Cámara de cajón. La más habitual de las plazas, hace un siglo. Su tarea excede la “nostalgia de lo real”, que hoy inspira la foto analógica. GERMÁN GARCÍA ADRIASTI
Cámara de cajón. La más habitual de las plazas, hace un siglo. Su tarea excede la “nostalgia de lo real”, que hoy inspira la foto analógica. GERMÁN GARCÍA ADRIASTI
 ??  ?? Placa de vidrio de Harry Grant Olds. Lanchas pesqueras en Mar del Plata, circa 1901.
Placa de vidrio de Harry Grant Olds. Lanchas pesqueras en Mar del Plata, circa 1901.
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Imagen de Harry Olds copiada en papel por Srur..

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