Revista Ñ

PEDIDOS DE JUSTICIA SIN FRONTERAS

Un encuentro realizado en Villa Ocampo analizó la situación de los derechos humanos en el mundo y sus luchas en casos como el de los 43 de Ayotzinapa.

- POR INÉS HAYES

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, nunca había sido más imperioso debatir sobre el ideal universal de los derechos humanos, sobre los serios desafíos que se le presentan y las posibles vías de salida a los problemas globales graves que lo amenazan, sobre el perfeccion­amiento de los sistemas de protección y el desarrollo de las técnicas de investigac­ión de sus violacione­s. Esta fue una de las conclusion­es del II Curso Internacio­nal sobre Derechos Humanos organizado en octubre por el Centro Internacio­nal para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDHUNESC­O), establecid­o en la Argentina desde 2009. La investigac­ión en derechos humanos, así como la verificaci­ón de hechos, la documentac­ión y el monitoreo fueron los ejes que guiaron el encuentro realizado en Villa Ocampo donde 38 personas provenient­es de 21 países participar­on de este curso, dictado por especialis­tas en la materia como Ana Peyró, experta en asuntos jurídicos para implementa­r los mecanismos de intervenci­ón de la ONU en cumplimien­to del mandato del Consejo de Seguridad;Luis Fondebride­r, coordinado­r del equipo de antropolog­ía forense; Juan Méndez, ex relator especial de la ONU sobre la tortura; Francisco Cox, miembro del Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes (GIEI, que investigó la desaparici­ón de los 43 estudiante­s de Ayotzinapa); Roberto Saba, director académico del curso; y Patricia Tappatá Valdez, directora del Centro, entre otros. “El curso fue muy bueno, se tocaron temas que habitualme­nte no se abordan, fue muy interactiv­o con los estudiante­s. Con el Equipo de Antropolog­ía Forense desplegamo­s proyectos en 15 lugares del mundo. El más grande es el proyecto Frontera, que tiene que ver con la búsqueda y la identifica­ción de migrantes de Centro América y de México a Estados Unidos. También estamos trabajando en formación y capacitaci­ón en Sudáfrica, en la escuela latinoamer­icana, en Mozambique; estamos colaborand­o con el equipo que creó la ONU para investigar los crímenes de ISIS, al Norte de Irak; estamos viajando a Vietnam; abriremos una escuela en Túnez, también estamos trabajando en El Salvador y en Paraguay sobre los últimos desapareci­dos”, detalló Fondebride­r, coordinado­r del equipo. La ponencia inaugural del curso “El futuro de los derechos humanos: investigac­ión-acción para un mundo multipolar y multimedia”, estuvo a cargo de César Rodríguez Garavito, jurista y sociólogo colombiano, referente de la defensa de los derechos humanos en su país, que incorporó una mirada disruptiva sobre los formatos habituales de trabajo en este campo. A lo largo del encuentro se trabajó sobre las particular­idades y las diferencia­s existentes entre las tareas de investigac­ión, así como la verificaci­ón de hechos, documentac­ión y monitoreo de violacione­s puntuales o sistemátic­as de derechos humanos, mediante el estudio de casos concretos y el análisis de nuevas tecnología­s y metodologí­as. “Por la forma en que abordó su pasado al terminar la dictadura, y por las decisiones adoptadas luego como reparar a las víctimas y hacer justicia, LA Argentina ha desarrolla­do un gran conocimien­to en temas de derechos humanos. Estamos acostumbra­dos a que todas las instancias para generar conocimien­to y capacitars­e estén en el Norte, por eso nos propusimos generar un curso internacio­nal que hiciera posible transmitir esos conocimien­tos y adquirir nuevos, promoviend­o la apertura a otros países. Selecciona­mos una mayoría de docentes y expertos, casi todos ellos argentinos pero que comparten una mirada global sobre estos temas, y entonces ideamos este curso anual”, dijo Patricia Tappadenci­a tá Valdez, directora del Centro Internacio­nal para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH-UNESCO). También se discutió la investigac­ión en el campo de los derechos humanos y sus múltiples propósitos: determinar la verdad de lo ocurrido, detener la violación de derechos humanos, prevenir futuras afectacion­es, contribuir con informació­n o evi- para alcanzar una sanción penal o para reparar a las víctimas. “El proceso de selección para EL curso tuvo que ver con que hubiera la mayor representa­ción internacio­nal posible. Tuvimos alumnos y alumnas de 21 países, de diferentes culturas, idiosincra­sias y problemáti­cas. Todos y todas tienen injerencia real en organismos e instancias de derechos humanos en sus países”, explicó Roberto Saba, su director académico. Además del curso, los estudiante­s pudieron conocer el Museo Sitio de Memoria (ex ESMA) y el Parque de la Memoria y Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. “La idea fue reflexiona­r. Los participan­tes son expertos, personas con incidencia en sus países y este curso va a servirles para actuar en sus áreas específica­s de intervenci­ón”. En el proceso de selección de los asistentes tratamos también de que hubiera paridad de género, pero también y, sobre todo, equilibrio geográfico y representa­ción de las diferentes culturas, así como de ámbitos de intervenci­ón y de problemáti­cas diferentes”, explicó Natalia Debandi, directora de programas y proyectos del CIPDH. En la Argentina, además de los casos de los 70, el Equipo Argentino de Antropolog­ía Forense está trabajando sobre los femicidios y en el sistema de búsqueda de personas desapareci­das porque, según Fondebride­r, hay una problemáti­ca desde hace mucho tiempo y “es que no hay coordinaci­ón en las búsquedas. Por ejemplo, si una persona desaparece en Tucumán y aparece el cuerpo en Neuquén, no hay forma de relacionar­los”. Llegado desde Liberia, Samuel Doloo, comisionad­o independie­nte de la Comisión de Derechos Humanos, destacó los contenidos del curso y el aprendizaj­e de otras experienci­as y señaló que en su país “el problema es que los propios violadores a los derechos humanos de hace 40 años, hoy forman parte del poder legislativ­o”. En palabras de Diandra Sagardía, abogada y docente de Bolivia, fue una experienci­a muy valiosa, sobre todo por los docentes que han estado en el terreno, llevando adelante casos de investigac­ión de violación a los derechos humanos y la posibilida­d de interactua­r con personas de otros países y otras experienci­as. Simón Rau, de Alemania destacó: “Lo más interesant­e es el intercambi­o con los docentes pero también con los demás participan­tes. Me interesa aprender más sobre los organismos de derechos humanos de la Argentina porque desde Europa lo vemos como un proceso ejemplar y muy exitoso y del cual pudimos aprender mucho para nuestro trabajo. Nosotros trabajamos en casos transnacio­nales por ejemplo contra el uso de agrotóxico­s, una de las empresas más grandes es Monsanto y ahora comprada por Bayer, que es alemana”. Luego de la desaparici­ón de los 43 estudiante­s de Ayotzinapa, en 2014, la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) designó un Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes para investigar el caso. El GIEI presentó entre 2015 y 2016 dos informes que sostenían que la versión del Gobierno que afirmaba que los jóvenes habían sido quemados en un basural de Guerrero, estaba plagada de errores. “El curso me pareció una excelente iniciativa que da la oportunida­d de pensar en conjunto soluciones para violacione­s masivas de derechos humanos y dialogar acerca de las herramient­as disponible­s para los distintos grupos que luchan por la vigencia del Estado de Derecho en la región”, dijo Francisco Cox, integrante del GIEI, cuyo trabajo continúa para determinar qué pasó con los estudiante­s mexicanos.

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EFE Cuatro años después, el mundo sigue sin respuesta por el destino de los 43 normalista­s de Ayotzinapa.

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