Dylan dice “whisky”
No. No es que Bob Dylan de repente sonría para la foto. El músico tiene sentido del humor pero lo demuestra a su manera. Por ejemplo, presentando una línea propia de whiskies llamada “Heaven´s door” (en alusión a su canción emblemática “Golpeando las puertas del cielo”). Se trata de una trilogía compuesta por un bourbon de Tennessee, un whiskey envejecido en doble barrica y un Straight Rye (o sea, solo de centeno) añejado en barricas de roble francés. Dylan se lo tomó en serio el costado empresarial. Se asoció con Marc Bushala, que conoce bien el negocio de las bebidas finas y llamaron a Ryan Perry y el maestro destilador Jordan Via para que se ocuparan de crear esta trilogía. Como toque final, Dylan diseñó las etiquetas que son, a su vez, fragmentos de una puerta de hierro que según la leyenda (y la página web de los whiskies) el Nobel de Literatura y músico fuera de serie, forjó con sus propias manos. Los whiskies se consiguen a través de Internet y cuestan entre 50 y 85 dólares. Pero el asunto no termina ahí. Para el año que viene, Dylan tiene planeado abrir la empresa Heaven´s Door Spirit, situada en una iglesia con más de 140 años en Nashville, Tennessee, que podrá recibir a los visitantes. Toda esta información se puede chequear en heavensdoor.com. Pero Dylan no ha dicho una palabra. Para presentar en sociedad sus bebidas color ámbar, eligió una forma de publicidad curiosa (Sam Shepard advirtió alguna vez que de su amigo se podía esperar cualquier cosa, y que el Jokerman de su canción no es otro que él mismo). Hace unos días apareció en el show de Jimmy Fallon y se sentó a su lado, botella en mano, mientras miraban un número artístico del Apple Circus. Nadie dijo una sola frase. Cuando las luces se apagaron, Fallon estaba solo con un vaso. Una vez más Dylan hace gala de su frase “I´m not there, I´m gone”. Y es que nunca está donde se lo espera. También esa es una forma de su arte.