La actualidad de un premio faro
Instituido hace veintidós años, el Premio Jorge Federico Klemm fue adecuando sus convocatorias a los distintos formatos y especificidades que marcaron el devenir del arte argentino en las últimas décadas de su trayectoria. Primero se dio a conocer como premio de pintura. Consagrado luego a la fotografía, hacia el 2001 sus organizadores resolvieron abrirlo a distintas disciplinas, una modalidad que le garantizó a la institución una asociación irreprochable con la actualidad, al poner en un mismo plano de evaluación el video, la fotografía, el dibujo, la pintura, la escultura y el objeto.
Por su parte la selección de artistas que año a año los diferentes jurados fueron eligiendo afirmó su condición de referente de lo más destacado de las generaciones medias, y emergentes, del arte argentino.
La exhibición dedicada a Adriana Bustos que se presenta ahora en las salas de la Fundación es parte de lo previsto por el mismo Premio, obtenido en 2016. En 2017 fue Verónica Gómez quien se hizo acreedora del galardón, y este año fue Sebastián Gordin, que lo obtuvo con una refinada escena realizada en madera tallada, sobre una mesa con trabajo de marquetería.
La experimentación fotográfica tuvo un reconocimiento especial en esta edición, ya que el jurado otorgó un segundo premio a las fotografías estenopeicas que Erica Bohn realizó en San Martín de los Andes, y una mención a la obra de Francisca López. También Mariana De Matteis y Sebastián Mercado obtuvieron menciones especiales por objetos escultóricos. La selección completa puede verse hasta fines de diciembre en las salas de la Fundación.