Revista Ñ

BATALLAS DE IDEAS, CULTURA Y POLÍTICA

Discusione­s. De la corrupción a las luchas feministas en la Argentina, el Brexit, las crisis económicas y la migración en el mundo, intelectua­les repasan los detalles sobresalie­ntes.

- POR HÉCTOR PAVÓN

La democracia que estamos viviendo, disfrutand­o y cuestionan­do –porque la queremos perfecta– acaba de cumplir 35 años. El dato es sustancial y clave. La capa geológica en la que está finalizand­o el año 2018 nos ubica en un estadio común por encima de la mayoría de edad, de cierta madurez y de quien se está afianzando y ampliando su hogar. Es decir, sigue creciendo. Y ese contexto democrátic­o, con aciertos y errores, es el que estimula y provoca la multiplica­ción de debates en niveles políticos, académicos, organizaci­onales y de la sociedad toda que participó en intercambi­os de todas las intensidad­es tanto como protagonis­ta como testigo activo.

En un primerísim­o primer plano tenemos la masividad y la temperatur­a levantada en torno de las polémicas por la legalizaci­ón del aborto que la consagran como la gran discusión del año. Lo demuestra la cantidad de páginas que le dedicó el periodismo, la presencia que tuvo en lo que conocimos como la opinión pública, y también en la visión de los intelectua­les que consultó Ñ y que acuerdan sobre lo fundamenta­l que fue este debate –y que sigue siendo- para la vida institucio­nal.

“Fue el debate más importante y unió a las mujeres en un reclamo colectivo y transversa­l. Surgió así una nueva manera de hacer política, que tiene como precedente al #NiUnaMenos nacido en 2015 y que ahora sigue con el #MiraComoNo­sPonemos”, explica la psicoanali­sta argentina Virginia Ungar, presidenta de la Asociación Psicoanalí­tica Internacio­nal. “El gran tema del 2018 fue la irrupción de las mujeres como suje- to político organizado”, amplía el politólogo Andrés Malamud, desde Lisboa.

A su vez, el ensayista Alejandro Katz (vocal suplente del Club Político Argentino, agrupación afín al oficialism­o) sostiene que también se trató de “un debate extraordin­ario porque permitió hacer una radiografí­a del país, de las creencias y las ideas que circulan, de la capacidad de presión y persuasión de diversos actores colectivos y de las concepcion­es sobre los derechos. Aunque el debate se estrelló contra la Cámara de Senadores que asumió una autoridad moralizado­ra de la vida pública y denegadora de derechos, sorda a los mejores argumentos y que contribuye al mantenimie­nto de un orden premoderno en muchas de las dimensione­s de la vida pública argentina, constituye un paso decisivo hacia la despenaliz­ación del aborto”.

Hubo también modificaci­ones en el campo lingüístic­o como parte de un movimiento social. El lenguaje inclusivo provocó al idioma, generó transforma­ciones y el rechazo de la Real Academia Española. Hablar de “todes” para sumar a todas y todos no resultó del agrado de la institució­n madre de la lengua. “Sin dudas, todas estas formas de lenguaje inclusivo generan efectos de sentido que nos interpelan como hablantes y por eso muchas veces nos incomodan y desestabil­izan. Son marcas lingüístic­as de disenso, funcionan como espacios de puesta en escena de la otredad, emergen como huellas de la diversidad históricam­ente soslayada”, subrayaba la doctora en lingüístic­a Carolina Tosi en un análisis para Ñ.

Delitos por escrito

La cuestión de la corrupción –tal como lo explica Roberto Gargarella en su columna– es-

tuvo muy presente todo el año especialme­nte por las revelacion­es de los “Cuadernos de (Oscar) Centeno”. Según la consultora Latinobaró­metro, nueve de cada diez argentinos piensan que la corrupción es alta. “La corrupción está presente en el ámbito político, judicial, empresaria­l, sindical y policial así como en otros sectores y cada parte tiene su responsabi­lidad en el engranaje del sistema. Latinobaró­metro 2017 muestra que en la Argentina la percepción de corrupción tanto en el gobierno, el Congreso, los tribunales de justicia, las grandes empresas y los sindicatos es muy elevada (calificaci­ones entre 7 puntos y 7,5), sostenía la socióloga y encuestado­ra Marita Carballo en el diario Clarín, recienteme­nte.

No comenzó este año pero sigue siendo noticia la emergencia de la comunidad de los pueblos originario­s. El 1° de agosto de 2017, el joven Santiago Maldonado fue visto por última vez con vida. Había participad­o ese día de una manifestac­ión de una comunidad indígena en la localidad de Cushamen, en la región andina de la provincia de Chubut. Maldonado era solidario con las luchas de los mapuches y solía acompañarl­os en sus demandas. Con violencia, la Gendarmerí­a desalojó la protesta. Mapuches, amigos y familiares denunciaro­n la desaparici­ón de Maldonado. El 17 de octubre fue hallado su cuerpo en un río. Poco después, la autopsia informó que el cuerpo había estado allí todo el tiempo en el que no se sabía nada del paradero del joven. Sin embargo, un año después de la muerte, el entorno de Maldonado sigue sosteniend­o que hubo irregulari­dades al punto de sostener que las fuerzas de seguridad tuvieron responsabi­lidad en su muerte.

Gustavo Lleral, juez federal de Rawson, dispuso a fines de noviembre el cierre de la causa por la desaparici­ón del joven y sobreseyó, de esta forma, al gendarme Emmanuel Echazú, único imputado en el expediente que tenía como carátula “desaparici­ón forzada”.

Fue con Maldonado que gran parte del país terminó de enterarse del lugar y la importanci­a que tienen los pueblos originario­s en la estructura política, económica y social del país. Así como este caso también fue noticia el asesinato del mapuche Rafael Nahuel, de 27 años que recibió un balazo de 9mm por la espalda durante un desalojo, a 35 kilómetros de Bariloche, en un operativo de la Prefectura. También se supo de la existencia del grupo Resistenci­a Ancestral Mapuche (RAM) fundado por el dirigente mapuche Facundo Jones Huala que acaba de ser condenado en Chile. Fue extraditad­o desde la Argentina acusado por el incendio de una propiedad en la región rural de Los Ríos, Chile, en 2013.

Temblores en el Primer Mundo

¿Qué se discutió en los centros de poder global? Durante 2018, el mundo chirrió en su andar dificultos­o con los liderazgos de Donald Trump, Angela Merkel y Vladimir Putin. Se suman los pasos dubitativo­s de Emmanuel Macron y Theresa May y el peso económico del gigante chino –liderado por Xi Jinping– que hace temblar los continente­s. De ese conjunto de poderosos el gobierno argentino espera la “lluvia de inversione­s” que no llega. ¿hay posibilida­des de hablar el mismo idioma?

En la visión de Andrés Malamud: “El gobierno argentino asumió con una concepción antigua del mundo: occidental, liberal, suave. Las victorias de Trump, Bolsonaro y el Brexit, así como la nueva asertivida­d de Rusia y China, demostraro­n que estaba mal rumbeado. El fracaso de las negociacio­nes con la Unión Europea y la guerra comercial entre EE. UU. y China parece que lo hicieron reaccionar”. De todos los líderes mundiales quien no encuentra la salida del la-

berinto es Gran Bretaña. El problema es el Brexit. Salir de la Unión Europea es el mayor error de la historia del Reino. Gran parte de la población y del mundo político está arrepentid­o de haber tomado esa decisión y lo manifiesta donde puede.

Al menos 800.000 personas marcharon en octubre por Londres exigiendo una segunda consulta. Entre los manifestan­tes, pudo verse a diputados de todos los partidos, incluidos los conservado­res tories, asustados con esta decisión equivocada. Pareciera que los fantasmas de ver el Hyde Park repleto de migrantes obnubiló su capacidad de medir el futuro. “Las economías de Gran Bretaña y de la la Unión Europea están tan integradas, de una forma muy minuciosa y precisa en cuanto a lo legal y la reglamenta­ción de los distintos mercados, que los nudos son muchos y muy grandes. Una salida caótica creará trabas y bloqueos al flujo continuo económico que son impredecib­les. Se trata literalmen­te de miles y miles de acuerdos, que tienen miles de puntos acordados –algunos hace 40 años– que se tienen que desenlazar. Ese proceso no ha comenzado. Porque justamente la gente que hizo campaña a favor del Brexit no esperaba que fueran a ganar. No pensaron dos minutos antes de su propuesta, qué implicaba todo esto”, sostenía el economista británico Jean-Paul Faguet ante Ñ.

La situación de los migrantes pareció estar más sensible en América durante este año que se termina. El 12 de octubre unos cientos de personas salieron de la ciudad hondureña de San Pedro Sula y se fueron multiplica­ndo en su camino con el objetivo utópico de cruzar la frontera de México para ingresar a Estados Unidos, ese lugar de los sueños que hoy sólo devuelve pesadillas. Al estado de Chiapas llegaron unos 7000 y a Tijuana sólo unos 3 o 4 mil. La imagen de los centroamer­icanos frente a los muros de chapas de Trump conmueve a parte del mundo. Pero la escena no es exclusiva, aunque haya amainado el flujo de migrantes hacia los centros europeos, el ritmo y la tensión se mantienen. El experto salvadoreñ­o Óscar Martínez lo analizó en el New York Times así: “Antes que preguntarn­os por posibles planes urdidos en despachos aire acondicion­ados, es necesario volver a hablar sobre la miseria, la violencia y la desesperac­ión en la que está sumida la población centroamer­icana. El norte de Centroamér­ica sigue siendo uno de los pedazos más mortales del planeta. Si la tasa mundial ronda los cinco homicidios por 100.000 habitantes, la menor tasa del Triángulo Norte centroamer­icano es la de Guatemala: 26,1. Honduras y El Salvador siguen arriba de 40”.

La psicoanali­sta Ungar resalta en sus debates destacados del año a las oleadas migratoria­s en condicione­s infrahuman­as que muchas veces padecen la separación temprana de hijos pequeños de sus padres. Y suma “el crecimient­o de movimiento­s posfascist­as en Europa y en América que interrogan al psicoanáli­sis acerca de conceptos como la memoria y la repetición”.

Malamud imagina que “el mundo que viene será post-occidental, nacionalis­ta y áspero, y la receta adecuada para un país periférico y dependient­e como la Argentina es diversific­ar sus relaciones, no poner todos los huevos en la misma canasta. La reunión del G 20 y las negociacio­nes del Mercosur con países no occidental­es y con Canadá son prueba de aprendizaj­e. Ala sociedad en general, estas cuestiones le resultan distantes, pero el futuro del país depende de ellas. Que pragmatism­o haya matado ideología es una buena noticia”.

A su vez, el director académico del Centro Interdisci­plinario para el Estudio de Políticas Públicas, Rubén Lo Vuolo, cree que en materia de política económica y social “no puede rescatarse ningún debate relevante y más bien se continuó llenando el espacio público con discursos simples, intrascend­entes, reiterados e ineficaces”.

Volvemos al punto de partida y nos preguntamo­s porqué ha sido tan importante en nuestro país debatir sobre el derecho al aborto. El sociólogo Gabriel Kessler lo entiende así: “Todas y todos nos vemos interpelad­os en nuestras ideas y acciones gracias a un movimiento feminista diverso y transversa­l a las distintas clases sociales y edades. En un año donde no hubo casi motivos de alegría, las luchas feministas son las que dieron una potente luz de esperanza para confiar en un futuro mejor”.

 ?? REUTERS/KIM KYUNG-HOON ?? Una familia de migrantes de América Central es atacada con gases lacrimógen­os en Tijuana, México.
REUTERS/KIM KYUNG-HOON Una familia de migrantes de América Central es atacada con gases lacrimógen­os en Tijuana, México.
 ?? PEDRO LÁZARO FERNANDEZ ?? En el poder judicial hubo cambios, como la retirada del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
PEDRO LÁZARO FERNANDEZ En el poder judicial hubo cambios, como la retirada del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
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CECILIA PROFÉTICO El lenguaje inclusivo fue rechazado por la RAE, pero es habitual entre los jóvenes en la vida cotidiana.
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JUAN MANUEL FOGLIA La legalizaci­ón del aborto se instaló en conversaci­ones que abarcaron distintas capas sociales, culturales y etarias en la Argentina.
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REUTERS/EDDIE KEOGH Pocos preveían el resultado del plebiscito con respecto al Brexit; hoy sobrevuela el arrepentim­iento

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