Venden todo su archivo
Tras un litigio judicial por la herencia del artista Juan Carlos Romero (1931-2017), su archivo completo acaba de ser vendido a un coleccionista de arte latinoamericano de Nueva York. La venta se habría producido con el acuerdo de su viuda e hijos a través de una gestión de Ricardo Ocampo, director de la galería Walden.
El equivalente a cuatro habitaciones grandes repletas de materiales que el artista recopiló y clasificó a lo largo de su extensa trayectoria, y que incluye la mayor colección de afiches políticos de la Argentina, se encontraban en una casa de la calle Santiago del Estero 443, en la Ciudad de Buenos Aires. De allí fueron retirados y nadie sabe dónde están, según denuncia la Red Conceptualismos del Sur (RedCSur), un grupo de artistas e investigadores del que Romero formaba parte.
El “Archivo de artistas” de Romero era llamado así en plural porque contiene los archivos personales de otros y porque estaba abierto a quien quisiera consultarlo. “Juan Carlos era un archivista nato y alimentaba su práctica artística y su reflexión política a través del archivo”, contó Ana Longoni, fundadora de RedCSur e investigadora.
Allí están los documentos del CAYC de Jorge Glusberg que no conservó archivo propio y casi 2000 afiches, entre ellos los de la Masacre de Trelew que imprimió el ERP sin firma y en un papel muy delicado, y que nadie más tiene.
“Es un generoso e inigualable cúmulo de registros de las prácticas artístico-políticas y de la cultura material de una fracción importante del siglo XX en la Argentina”, expresa el comunicado de la RedCSur que repudia la venta y privatización del archivo. A la vez que exige que se conozcan las condiciones de venta, el estado de conservación y apela al Estado argentino para que lo declare patrimonio cultural.
En mayo de 2014, se había conformado la Asociación Civil Archivo de Artistas Juan Carlos Romero, con el apoyo de instituciones como la Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Fundación Museo Reina Sofía, para defender su condición de patrimonio común, es decir, que permanezca íntegro e indivisible. en Barcelona, Martínez explicó que su novela está ambientada en Oxford en 1994 y reconoció que “no solo tienen la misma ambientación, sino que también repiten los dos protagonistas, el profesor Arthur Sheldom y el joven estudiante de Matemáticas Guillermo”, aunque son “historias independientes”, aclaró.
Guillermo Martínez nació en Bahía Blanca y ganó la Beca del Fondo Nacional de las Artes con el libro de cuentos Infierno grande. Publicó las novelas Acerca de Roderer, La mujer del desierto, Crímenes Imperceptibles, La muerte lenta de Luciana B yYo también tuve una novia bisexual. En 2015, ganó el I Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez con Una felicidad repulsiva.
El Premio Nadal de Novela se entregó por primera vez a Carmen Laforet, con la novela Nada, en el año 1944. El galardón dio un gran impulso a la narrativa de posguerra y consagró a autores como Ana María Matute y Juan José Saer.