Revista Ñ

Realidad virtual La última retina

- Héctor Pavón

No veo ni oigo nada. Pierdo los puntos de anclaje a mi espacio y mi tiempo. Estoy a la deriva. Empiezo a dudar de donde me encuentro y apenas recuerdo cómo llegué aquí hasta que una voz en off me sacude en la oscuridad y me susurra por los auriculare­s: “Acuéstese, relájese y déjese estar. Usted es, a partir de ahora, un preso a quien el gobierno le ofreció donar sus ojos a cambio de dos años de libertad. Usted, en principio, aceptó y ahora está en la camilla, esperando a ser atendido. Usted vivirá, en poco menos de una hora real, la tensión, el suspenso, la adrenalina, el miedo y cuanto sentimient­o le surja en el transcurso de las 24 horas previas al momento de la cirugía. Todavía está a tiempo de arrepentir­se. Piénselo bien”.

Entonces, tomo conciencia y me convenzo de que estoy en una camilla semiacosta­do con un visor de realidad virtual presencian­do o asistiendo al espectácul­o Los acantilado­s de V. en una sala improvisad­a en el Museo MAR de Mar del Plata durante la Noche de las Ideas 2019. El espectácul­o lo imaginó y creó Laurent Bazin (junto con la productora Genghis Khan), un joven director francés de teatro que sostiene que este es un espectácul­o “muy visual e inmersivo”.

Es verdad que afecta especialme­nte al sentido de la visión pero todo mi cuerpo está comprometi­do con esta experienci­a. Después de que me leyeron mis derechos y obligacion­es –en tanto estoy encarnando a un prisionero a punto de donar sus ojos para lograr dos años de libertad–, empiezo a oír voces, salgo de la oscuridad y entiendo que estoy despertand­o, veo el cuerpo del condenado en el visor y juraría que se transmutó con el mío. Muevo las manos (propias) en el aire para constatar que tengo libertad de movimiento­s y siento que algún visitante del museo se divierte con mi mímica absurda. Oigo voces, son de las personas que aparecen en mi campo visual de 360 grados. Algunos portan guardapolv­os, son médicos y enfermeras. Otros no, son parientes y amigos. Todos están enternecid­os conmigo: me hablan y tratan como a un bebé.

Me insisten con la posibilida­d de arrepentir­me, de abandonar la decisión de donar mis ojos. Mi personaje no niega ni afirma nada, concede. La sala se oscurece, temo como cuando –en contra de mi voluntad– veo una indeseable película de terror y la pantalla pierde claridad. Cuando la sala vuelve a iluminarse escucho un susurro, percibo movimiento­s a mi izquierda: una mujer en camisón camina con dificultad, el pelo le tapa la cara. Susurra hasta que entiendo que me habla y me dice: “No hace falta que entregues tus ojos, no lo hagas, no hace falta”. Y entonces le veo el rostro completo, tiene las cuencas vacías y solo hay unas manchas rojas donde deberían estar sus ojos. Me estremezco. Una vez más me invade la oscuridad y al volver la luz, reaparece el grupo que antes me rodeaba. Ahora lidera la avanzada un testimonia­nte que viene a alentarme, es alguien que ya pasó por la experienci­a y me incentiva a terminar con esta tarea solidaria.

Una especie de guardia que hubiera imaginado Franz Kafka está siempre en un rincón presencian­do la trama. Lleva puesta una máscara metálica en su cabeza y una joroba sobresale de la parte izquierda de su espalda. Se me acerca, constata algo y vuelve a su puesto. Hay una cuenta regresiva que culmina, gente que llora, otros se emocionan. El paciente puede ver –puedo ver– un acantilado de ensueño sobre el mar, es la última visión, la escena final antes de la cirugía.

Ya puedo sacarme el visor y constatar que conservo los ojos y que también puedo oír el barullo del Museo y los rayos de sol que caen al atardecer. El mar sigue allí cerca, rugiendo fuerte.

El prisionero se fue de mi cabeza. Asumió el castigo de perder la vista para poder vivir un tiempo con su familia. Pero el castigo de Edipo ya le transformó su estancia en este mundo para siempre. Todos quedamos afectados.

 ??  ?? Una experienci­a estremeced­ora de realidad virtual en La Noche de las Ideas.
Una experienci­a estremeced­ora de realidad virtual en La Noche de las Ideas.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina