Una poeta salvadora
En el paroxismo de la paridad, la Academia Sueca incorporó esta semana a una poetisa para ocupar la vacante que dejó otra poetisa tras el mayor escándalo que atraviesa la institución encargada de decidir el premio Nobel de Literatura cada año. Así, la autora Tua Forsström ocupará el asiento 18 después de que otra autora, la también poetisa Katarina Frostenson, renunciara después de que se revelara que había difundido el nombre de los premiados antes de los anuncios. Eso sí, la partida fue acordada a cambio de un generoso beneficio económico.
La debacle comenzó en noviembre de 2017 cuando el principal diario de Suecia publicó las denuncias sexuales de 18 mujeres contra una “personalidad cultural” muy próxima a la Academia, luego identificada como el dramaturgo Jean-Claude Arnault. La institución eyectó al francés y encargó una auditoría que confirmó los cargos: se habían producido filtraciones, Arnault fue condenado por una violación cometida en 2011 y, además, llevaba un club cultural y literario que recibía abultadas partidas de dinero por parte de la Academia. ¿Quién las autorizaba? La esposa de Jean-Claude Arnault, la poetisa saliente Katarina Frostenson.